Antes se decía con frecuencia que había
que hacer buenas obras para alcanzar el cielo. No me gusta esa expresón.
Parto de que ya estamos en el cielo, por
tanto lo hemos alcanzado. Doy por supuesto que trabajamos para un Ser, Madre o Padre
amoroso, entonces no hay buenas obras sino entrega de mi persona o colaboración
esencial en sus cosas.
No sé si me explico con esto. Poniendo
un ejemplo sencillo: no barro mi casa porque quiero conseguir un premio sino
que la barro porque amo y quiero mejorar mi mundo.
El premio ya lo he obtenido habiendo
nacido, ahora solo tengo que expresar agradecimiento y entusiasmo en lo que se
me ha asignado.
Todas las buenas obras las hace Dios con
nuestras manos, y nuestra persona. La bondad se canaliza a través de todos los
corazones y se reparte sobre la tierra.
La cuestión es sentirse parte o ser
todo, es decir, si lo que haces es para ayudar a alguien de fuera o si tienes
conciencia de la Realidad infinita de la que participas.
En ningún momento estamos fuera sino que
somos partícipes, colaboradores de lo más sagrado, de lo que no tiene nombre y
que se manifiesta en toda la creación.
Cuando el buen samaritano se detuvo a
ayudar al hombre herido en el camino, no estaba haciendo una buena obra, estaba
haciendo lo que era justo y natural. Su acción estaba dentro de lo normal en un
corazón que ama y se ocupa de sus hermanos.
Los que no se detuvieron a ayudar
estaban ciegos, enfermos de desamor. También nos pasa a nosotros a veces.
Si las estadísticas nos dicen que la
mayoría no se para a ayudar, no quiere decir que eso sea lo adecuado.
Tengamos sabiduría para saber que con
nuestra actuación le prestamos nuestra vida al Creador que se manifiesta en
nosotros, valentía para hacer lo que normalmente, estadísticamente, no se hace.
Libertad para saltarnos las normas y atender al que más nos necesita, que está
a nuestro lado. No con la finalidad de conseguir un premio sino porque es mi
hermano, y forma parte de mí mismo.
Y tengamos humildad para saber que
siempre somos ayudados e impulsados a curar, sanar, ayudar.
“Hacer buenas obras” no me gusta. Sí me
gusta, de modo alegre y natural, cuidar mi mundo, servir al que lo necesita y comunicar
paz.
1 comentario:
Precioso. Yo tambien quiero cuidar mi mundo y comunicar PAZ.
Te quiero mamá.
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