Viktor Sklovskij
introdujo en la literatura el término “extrañamiento”, lo opuso al automatismo
perceptivo: “el objeto se encuentra delante nuestro, nosotros lo sabemos, pero
ya no lo vemos”. Porque ha perdido su frescura original.
Se trata de convertir lo
habitual en extraño, como lo visto por primera vez. El extrañamiento nos
permite percibir de forma desautomatizada y remozada lo que está automatizado y
redicho por el uso, por el hábito inconsciente.
Lo que se aplica en el
campo de la literatura se puede ampliar al campo vital, porque el mundo interior
nos fuerza a sentir, a no ser autómatas y nos exige a veces romper con las
formas establecidas y buscar expresiones nuevas que nos lleven a caminar
sintiendo la vida.
El primer efecto del extrañamiento
es el asombro, porque miramos las cosas como si fuese la primera vez que
entramos en contacto con ellas. Esto nos pone motivados y concentrados al
máximo.
La vida tiene muchas
sorpresas y actos de ternura con nosotros, que nos los perdemos si no estamos
atentos, si pensamos que lo que sucede es más de lo mismo. Por eso conviene
añadir ciertos detalles, adornar espacios, cambiar palabras, dar otro aire a lo
que hacemos habitualmente, para que nuestros actos adquieran su frescura
original, la magia de la primera vez. Y así podamos disfrutar.
Desde colocar una planta
donde no la había a iniciar una conversación conmigo misma o con el objeto que
tengo delante. Desde saludar al nuevo día o dejarte seducir por el cielo que
está sobre tu cabeza. Es un buen método buscar cosas, palabras, situaciones que
sean detonantes, que nos dejen descolocados y en actitud óptima de aprender,
esto sucede cuando ponemos todos los sentidos en ver qué va a pasar ahora. Estar
a la expectativa.
Aprovechemos lo que han
inventado hombres sabios, es una enseñanza que podemos aplicar para
transformarnos y crecer. Porque si no crecemos no estamos satisfechos.
Busquemos algo que nos
haga estar alerta. Ya que estamos vivos que se note. No es un asunto
superficial o anecdótico sino de la mayor importancia. Nos va en ello saborear
la vida y encontrar momentos de emoción plena.
Que nuestros días estén llenos de encuentros con
los cielos que siempre nos acompañan. Que seamos creadores de milagros
cotidianos que nos empujen a soñar.
Y con nuestra pequeña o
gran sabiduría que ayudemos a la vida a realizarse siempre de la mejor manera
posible.
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