domingo, 29 de septiembre de 2013

Hombres y mujeres aventureros


Dice Miguel Márquez para hablar del profeta Samuel: “Hay hombres y mujeres, aventureros por territorios desconocidos, empujados por la fuerza del corazón, con la brújula de una confianza misteriosa germinada en los adentros de una vida normal, impulsados deliberadamente por el viento de Dios”.

Esas palabras tienen fuerte eco en mi corazón y las hago mías. Yo soy una de esas mujeres aventureras por territorios desconocidos, que son los que me llevan a mi propia interioridad, por caminos no explorados, no transitados anteriormente.

No hay fórmulas, ni recetas para saber vivir, se aprende equivocándose. Aprendemos a hablar con balbuceos y con errores, a dar los primeros pasos cayéndonos, a madurar a base de decepciones y cambios de rumbo, y tenemos que seguir caminando desde nuestra propia debilidad, desde los problemas que nos agobian y nos tapan la visibilidad. Así somos.

Empujados por la fuerza del corazón. Esa es mi fuerza, el impulso que me lleva hacia adelante, y cuyo origen no está en mí sino que me es regalado. La fuerza no es de mi propiedad, se me concede. Todos la tenemos. Aunque algunos lo ignoran.

El descubrimiento de esa fuerza es una maravilla que me anima a seguir como exploradora de los detalles de mi día a día.

Con la brújula de una confianza misteriosa en una vida normal. Hay algunas vidas extraordinarias pero la inmensa mayoría de las personas tenemos vidas normales. Es un misterio que en el centro de algunas vidas normales se deposite la brújula  de la confianza. Por qué a unos sí y a otros no. No dirigimos nosotros, por eso no todo lo podemos comprender, muchas preguntas se quedan sin respuesta.

La confianza nos lleva a sentir que lo que necesitamos ya lo tenemos, y eso nos ayuda a sobrevolar los problemas, no atascarnos en ellos. Como esos videojuegos en los que apretando una palanca se salta por encima del coche explosivo. Es un mal ejemplo, pero muy gráfico. Si decimos que confiamos no podemos hundirnos a la primera dificultad.

Impulsados deliberadamente por el viento de Dios. Esta frase me encanta. Deliberadamente quiere decir que hay voluntad de amor, no pura casualidad o azar. Quiere decir que el Ser divino va a por nosotros y va a emplear toda su ternura, que es la fuerza más poderosa.

El viento de Dios pasa a través de mí y me hace escribir estas líneas. Mueve mi corazón hacia la belleza de las palabras. Me hace decir frases que yo ignoraba que las tenía dentro.

Las palabras que este autor dice de Samuel yo se las he arrebatado para hablar de mí. Todo son enseñanzas para mi persona y así lo comunico por si a alguien le pasa lo mismo y se ve reflejado a través de mi propia experiencia.

Lo que me ha hecho bien a mí, puede hacérselo a otros. Todos los seres humanos estamos hechos de la misma materia, todos vamos en búsqueda.

Y el amor que nos envuelve y nos facilita las cosas funciona a tiempo completo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también quiero ser un aventurero, a tiempo completo en búsqueda, y confiar.

Te quiero mamá.

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