Dice Miguel Márquez para hablar del
profeta Samuel: “Hay hombres y mujeres,
aventureros por territorios desconocidos, empujados por la fuerza del corazón,
con la brújula de una confianza misteriosa germinada en los adentros de una
vida normal, impulsados deliberadamente por el viento de Dios”.
Esas palabras tienen fuerte eco en mi
corazón y las hago mías. Yo soy una de esas mujeres aventureras por territorios desconocidos,
que son los que me llevan a mi propia interioridad, por caminos no explorados,
no transitados anteriormente.
No hay fórmulas, ni recetas para saber
vivir, se aprende equivocándose. Aprendemos a hablar con balbuceos y con
errores, a dar los primeros pasos cayéndonos, a madurar a base de decepciones y
cambios de rumbo, y tenemos que seguir caminando desde nuestra propia
debilidad, desde los problemas que nos agobian y nos tapan la visibilidad. Así
somos.
Empujados
por la fuerza del corazón. Esa es mi fuerza, el
impulso que me lleva hacia adelante, y cuyo origen no está en mí sino que me es
regalado. La fuerza no es de mi propiedad, se me concede. Todos la tenemos.
Aunque algunos lo ignoran.
El descubrimiento de esa fuerza es una
maravilla que me anima a seguir como exploradora de los detalles de mi día a
día.
Con
la brújula de una confianza misteriosa en una vida normal. Hay algunas vidas extraordinarias pero la inmensa mayoría
de las personas tenemos vidas normales. Es un misterio que en el centro de
algunas vidas normales se deposite la brújula
de la confianza. Por qué a unos sí y a otros no. No dirigimos nosotros,
por eso no todo lo podemos comprender, muchas preguntas se quedan sin
respuesta.
La confianza nos lleva a sentir que lo
que necesitamos ya lo tenemos, y eso nos ayuda a sobrevolar los problemas, no atascarnos
en ellos. Como esos videojuegos en los que apretando una palanca se salta por
encima del coche explosivo. Es un mal ejemplo, pero muy gráfico. Si decimos que
confiamos no podemos hundirnos a la primera dificultad.
Impulsados
deliberadamente por el viento de Dios. Esta
frase me encanta. Deliberadamente quiere decir que hay voluntad de amor, no
pura casualidad o azar. Quiere decir que el Ser divino va a por nosotros y va a
emplear toda su ternura, que es la fuerza más poderosa.
El viento de Dios pasa a través de mí y
me hace escribir estas líneas. Mueve mi corazón hacia la belleza de las
palabras. Me hace decir frases que yo ignoraba que las tenía dentro.
Las palabras que este autor dice de
Samuel yo se las he arrebatado para hablar de mí. Todo son enseñanzas para mi
persona y así lo comunico por si a alguien le pasa lo mismo y se ve reflejado a
través de mi propia experiencia.
Lo que me ha hecho bien a mí, puede
hacérselo a otros. Todos los seres humanos estamos hechos de la misma materia,
todos vamos en búsqueda.
Y el amor que nos envuelve y nos
facilita las cosas funciona a tiempo completo.
1 comentario:
Yo también quiero ser un aventurero, a tiempo completo en búsqueda, y confiar.
Te quiero mamá.
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