Lo que escribo no es mío, sale a
través de mí, siempre lo he dicho y sigo afirmándolo una vez más.
Dice Rodolfo Häsler: “Lo que somos capaces de crear nunca nos
pertenece. Nos puede acompañar, pero no podemos tenerlo. La inspiración es
estar atento a todo aquello que sucede, es un golpe, una mirada ejercitada”.
Es un lujo, un privilegio para la
persona creadora que la obra se exprese a través de él. Es una maravillosa
sorpresa para él mismo. Y esto lo digo por experiencia propia.
La Creación no se está quieta, su
esencia es estar haciéndose, sigue renovándose momento a momento, es un
borboteo continuado de ideas, de sentimientos, de luces y sombras. Las ideas
circulan por su casa y se manifiestan en momentos o personas concretas. Tan
solo somos depositarios, vehículos privilegiados.
Hay un depósito de energía
inmenso de donde va saliendo todo. Hay un cielo en el que estamos, que es la
misma vida, tal como se está desarrollando. Con sus dificultades y problemas.
En nuestro cielo-vida tenemos la
oportunidad de tener momentos de paz, ¡qué maravilla! Se nos deja amar y tener
gestos de generosidad, ¡qué gozada! Se nos concede sentir, palpar, intuir el
fondo maravilloso del que formamos parte, o con mi frase preferida: la fuente
de la que brotamos. ¡Es increíble!
Limpiar nuestra mirada, engalanar
nuestro deseo para vestirnos de fiesta, actuar con ojos de enamorado ardiente,
perdonar hasta el infinito. Grandes cosas podemos hacer, todas las tenemos a
mano.
Abrir espacios de unión y
armonía, que no se trata de contar tu vida a los otros, no. Simplemente es
aceptar a los demás aunque no sean como tú eres ni hagan lo que tú harías, y
mirarles desde el cariño. Eso lo cura todo. Y tener paciencia con aquello que
no puedes cambiar. Se está gestionando el cambio aunque tú no seas capaz de
verlo.
Disfrutar de lo que se tiene.
Tenemos la fea costumbre de echar
la culpa a los demás de lo que nos pasa, igual que hacen los niños pequeños.
Culpamos a los políticos, a la sociedad, a los suegros, a los compañeros o a
los jefes.
Mientras sigamos con esa postura
de sentirnos maltratados por los demás, nos perderemos el gusto por la vida que
no lo puede dañar ningún político, ni jefe, ni suegro. Es un precioso regalo a
nuestro alcance, tengamos una mirada ejercitada y abramos bien los ojos para
contemplarlo y disfrutarlo.
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