Por fin empiezo a comprender el
término “no dualidad” de los orientales. Quiere decir que no hay una separación
entre mi Creador y yo, no está uno aquí y el otro enfrente. No somos dos.
Tampoco es que seamos una masa, una amalgama en la que no se distingue lo que
es uno y otro. Sino que se refiere a una relación de participación, a una
manifestación. Yo con mi existencia manifiesto, indico algo, que está en mí.
Esto tiene relación con el
término que emplean para nombrar a Dios que es el Vacío, lo he asimilado mejor
cuando he leído que en cualquier recipiente lo importante es ese vacío
interior, y en una casa con puertas y ventanas, es el vacío de dentro el que
hace que se pueda habitar y llamar casa. El Vacío es lo que da sentido a la existencia,
todos vivimos en relación a él, o dentro de él.
Son enseñanzas que me llegan, que
atraviesan los tiempos y las distancias, para que yo me forme, porque yo estoy
en pleno aprendizaje, y siempre quiero saber más y sentir hondo, para vivir con
una intensidad especial y no perderme ninguno de los regalitos a mí destinados,
y que son un preciado maná sobre mi corazón anhelante.
Por eso bebo de todas las
fuentes, no hago ascos a nada. Todo lo que me toca el corazón lo hago mío.
Tengo a mano muchísimos maestros que han nacido para alumbrarme el camino, y yo
tomo esa lamparilla que me prestan, y con ella observo la profundidad y la
belleza del vivir.
No siempre es tan idílico como lo
estoy pintando. Porque en el día a día encuentro dificultades y escollos, que
me impiden respirar con tranquilidad, estar serena, vivir en paz. Pero esas
ayudas, lámparas, siguen estando ahí precisamente para ayudarme en los momentos
más difíciles, porque yo tengo que aprender a gestionar mis recursos internos y
externos, los que me han sido dados para que no me extravíe.
Y en todo este proceso me ayuda
enormemente la lectura. Decía mi marido en uno de sus escritos: “La lectura me ayuda muchísimo, la necesito,
me hace pensar, disentir, afirmar, vivir viviéndome y creo que de ese modo
puedo modificarme en los errores y conductas”.
Yo, que se lo copio todo, también
encuentro en la lectura la ayuda para corregir errores y poder disfrutar. Por
eso me llegan perlas preciosas, frases, ideas, enseñanzas que primero hacen su
efecto en mí y luego yo las comunico al mundo entero. Como estas de la no
dualidad, el Ser que se puede llamar Vacío, y tantas más.
Animo a leer, sentir, indagar,
saborear, preguntar, no quedarse fuera de tantas experiencias maravillosas, de
tantas enseñanzas que están ahí para que las utilicemos.
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