Hoy me ha gustado lo que he leído de buena mañana: “Todas mis fuentes están en ti ” (Sal 86).
Todas mis raíces toman su alimento de lo hondo, y “lo-que-me-sucede” no es más que la tierra en la que estoy plantada. Hay diferentes clases de tierra o de circunstancias para cada uno.
La propia tierra, la propia realidad, tiene sus recursos, porque las aguas de la Vida la empapan, la alimentan y están a su servicio.
“Todas las fuentes están en ti” significa que mi pequeña sabiduría es un reguerillo de la Sabiduría infinita, que mi amor de andar por casa es un reflejo del Amor, que mi existencia tan limitada es una parte de lo que Es, y que mi pozo interior sin fondo es una copia defectuosa de aquello que es Infinito.
Con todo esto quiero decir que somos parte de un todo que nos cuida y está para nosotros, que la inmensa creación no es un azar absurdo, no es un barco a la deriva, sino que tiene un sentido, y ahí dentro andamos.
Cuánta tensión acumulamos cuando pensamos que todo depende de nosotros. Cuánto nerviosismo, ansiedad y fracaso arrastramos.
Se nos exige ser y actuar de una determinada manera, estamos inmersos en las normas, en los estereotipos, en “lo-que-debe-ser”. Nuestros días se llenan de objetivos a conseguir. Y no nos damos cuenta de que ya estamos en la meta, ya hemos llegado. Todo ese montón de tareas que se nos acumula es falso, solo es verdad este momento en el que soy consciente y agradezco.
No se trata de cambiar de vida sino de variar el enfoque, de dejarme encontrar por ese interior mío de calma y quietud que me sienta tan bien, y que es mi yo auténtico. Y cada momento es el ideal para ese encuentro conmigo mismo.
No me realizo en el futuro, me realizo siempre: ahora. No seré persona mañana, ya mismo soy persona humana completa, aunque lo ignore, aunque crea que aún me falta algo.
Quitémonos la venda del espacio y el tiempo y asomémonos a la eternidad envolvente y amorosa que nos ha acogido en su seno.
Todas mis raíces toman su alimento de lo hondo, y “lo-que-me-sucede” no es más que la tierra en la que estoy plantada. Hay diferentes clases de tierra o de circunstancias para cada uno.
La propia tierra, la propia realidad, tiene sus recursos, porque las aguas de la Vida la empapan, la alimentan y están a su servicio.
“Todas las fuentes están en ti” significa que mi pequeña sabiduría es un reguerillo de la Sabiduría infinita, que mi amor de andar por casa es un reflejo del Amor, que mi existencia tan limitada es una parte de lo que Es, y que mi pozo interior sin fondo es una copia defectuosa de aquello que es Infinito.
Con todo esto quiero decir que somos parte de un todo que nos cuida y está para nosotros, que la inmensa creación no es un azar absurdo, no es un barco a la deriva, sino que tiene un sentido, y ahí dentro andamos.
Cuánta tensión acumulamos cuando pensamos que todo depende de nosotros. Cuánto nerviosismo, ansiedad y fracaso arrastramos.
Se nos exige ser y actuar de una determinada manera, estamos inmersos en las normas, en los estereotipos, en “lo-que-debe-ser”. Nuestros días se llenan de objetivos a conseguir. Y no nos damos cuenta de que ya estamos en la meta, ya hemos llegado. Todo ese montón de tareas que se nos acumula es falso, solo es verdad este momento en el que soy consciente y agradezco.
No se trata de cambiar de vida sino de variar el enfoque, de dejarme encontrar por ese interior mío de calma y quietud que me sienta tan bien, y que es mi yo auténtico. Y cada momento es el ideal para ese encuentro conmigo mismo.
No me realizo en el futuro, me realizo siempre: ahora. No seré persona mañana, ya mismo soy persona humana completa, aunque lo ignore, aunque crea que aún me falta algo.
Quitémonos la venda del espacio y el tiempo y asomémonos a la eternidad envolvente y amorosa que nos ha acogido en su seno.
1 comentario:
Yo también quiero que mi agua brote de ese manantial, y sé que así es...cuanta calma me da saberlo. Gracias por recordar las cosas que debería tener siempre presentes, las más importantes.
Te quiero mamá.
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