Armonía y paz

 Con nuestra sola existencia algo se expresa a través de nosotros, en cada gesto y deseo, en cada palabra e intención, en cada relación, en nuestra misma dimensión biológica. Todos estamos en conexión profunda, poder verlo y saborearlo es el gran descubrimiento de la vida. 

La naturaleza que somos, con sus continuos cambios y su caducidad, es la manifestación de aquello que siempre es y que engloba todos los momentos y todas las historias. Somos mucho más de lo que pensamos y, sobre todas las cosas, somos lo que amamos y lo que somos amados.

Buscamos seguridades en lo exterior, una y otra vez, pero lo único seguro está en el fondo de nuestro pozo profundo interior, y no hay reglas o recetas mágicas para llegar ahí.

Tan solo la confianza es la llave maestra para avanzar en este terreno. Pase lo que pase, confiar, y saber, como decía Rumi, que “lo que buscas te está buscando a ti.” Esa es nuestra mayor seguridad, no depende de nuestros estados de ánimo ni de nuestros continuos vaivenes. 

Cada día recibimos el impulso necesario en nuestra búsqueda personal, la más grande bendición está llegando incesantemente a nuestros espacios. Todo lo recibimos: la existencia, la búsqueda, la libertad interior. Todo es regalo.

Nuestra mente tiende a llenarse de ansiedades y temores inservibles pero nuestro ser está perfectamente anclado en el corazón del universo.

La transparencia y buena intención dependen de nosotros, son nuestra aportación, con ellas creamos campos de energía que llevan a la armonía y la paz, indispensables para la transformación del mundo.