domingo, 16 de junio de 2024

El tren de la gracia

 


Recorremos una estela invisible pero muy real cuando sentimos esa voz que nos llama por nuestro nombre. Algo nos atrae, nos pone en búsqueda y nos hace salir de nuestro autocentramiento. Comenzamos a hacernos preguntas que no podemos responder y la vida se nos transforma en aventura y desafío.

Experimentar todo esto aumenta nuestro agradecimiento, a la vez que ganamos en sensibilidad hacia los pequeños detalles, que son las caricias constantes que la vida nos da.

Qué hacer para despertarme de mi letargo, y darme cuenta de lo excepcional que es estar aquí, el privilegio de cada segundo de vida, cómo concienciarme de que ya he llegado a mi meta, que es este momento de luz y de oscuridad, todo a un tiempo.Todo está para mí, y viene en mi auxilio. Todo me enseña a vivir plenamente, que es la única manera real de vivir.

En este viaje alucinante, me puede pasar como el pececillo que buscaba el océano y no lo encontraba, es decir, también se me puede apagar la luz y no ver el qué ni el para qué, pero aún así la travesía sigue siendo luminosa y grandiosa.

Sé que voy dentro del tren de la gracia, a veces disfrutando del paisaje y de los encuentros con los compañeros de camino, otras distraída, pero el tren carga igualmente conmigo, generosa y amorosamente. Tener esa confianza y esa seguridad lo es todo, porque sea como sea y haga lo que haga, nunca puedo estar fuera de ese océano infinito de amor sino dentro. 

Lo esencial se derrama sin medida y se me da a manos llenas. Mi único propósito es ser consciente de ello y agradecer.


1 comentario:

Mónica Inés Pretel dijo...

Recorremos una estela de vida invisible
A veces conscientemente otras distraída
Pero siempre soy cargada por El
Generosa y amorosamente.
Nos queda confiar a morir y ser concientes.consciente

Custodiar la vida

  Recuperar mi camino, integrando todos los momentos, sin desechar ni despreciar ninguno, porque todo aprovecha para la construcción de mi s...