Una visión agradecida

Si estamos en sintonía con las ondas divinas podemos ver cosas extraordinarias, que no son diferentes de las cosas que le pasan a todo el mundo pero las percibimos de un modo especial porque adquirimos una capacidad diferente. Se la podría llamar “una visión agradecida”.

Cuando se adquiere esta visión, los actos rutinarios pasan a ser únicos: desde los más sencillos, como levantarse por las mañanas o salir a la calle.

Hay que tener en cuenta que compartimos espacio vital con una-divinidad-que-nos-ama y que está a nuestro entero servicio, no para hacer lo que nosotros queramos sino para que aprendamos a amar y a servir y que experimentemos el milagro de su presencia.

Si no sintonizamos esas ondas nos quedamos fuera de lo esencial, de lo único que tiene valor. Por eso, desde por la mañana, preparemos nuestro radar… y busquemos.

- -Busquemos lo que nos hace sentir personas relajadas y tiernas.

- -Cuidemos a todo aquél que está a nuestro lado.

- -También cuidemos a todos los objetos y todos los paisajes que nos acompañan.

- -En medio de las mayores tormentas sintámonos en refugio seguro.

- -Comuniquemos alegría y sonriamos.

- -Cantemos, bailemos, alabemos. Si nos aburrimos, no es oración.

- -No olvidemos nuestra formación: leyendo, meditando, estudiando e informándonos. “Aférrate a tu instrucción y no la descuides, pues es vida para ti.” (Pr 4)

- -Hagamos una lista de cosas pendientes, por hacer, de las que van a fortalecer nuestra interioridad.

- -Hablemos de Dios, directamente. Es importante, porque en muchos ambientes es un tema tabú, y nos hace falta sacarlo a la luz, quitarle los prejuicios añadidos, ver qué significa para nosotros, qué nos mueve en este terreno.

- -Hablemos con Dios, en la intimidad él espera nuestra palabra.

- -Busquemos en la Biblia las frases que son para nosotros. “Solo cuando nos hayamos visto en el evangelio, empezará a hablarnos este libro” (L. Évely)

- -Disfrutemos los momentos de paz que nos invaden a lo largo del día.

- -Seamos atrevidos, veamos más allá de las apariencias, pensemos siempre en el Fondo de las cosas, en la Fuente que todo lo impregna.

- -Sintámonos amados, mimados, escogidos, privilegiados.

- -Creámonos afortunados, tan solo por haber nacido.