“¿Acaso creéis que una ola debe esperar hasta morir para convertirse en agua? No. La ola ya es agua en este preciso momento, sólo que lo ignora, por eso sufre tanto”. (Thich Nhat Hanh).
La ola ya es agua, la vida ya es perfecta. Bajo escombros y miserias, nuestra semilla es la Belleza, nuestra levadura es la Bondad.
Nuestro mar es la perfección, el infinito gozoso, el amor increíble, Y eso lo comenzamos a percibir cuando aceptamos nuestra realidad y la cuidamos como nuestro único tesoro.
Las aguas del amor son poderosas, lo arreglan todo. No importa lo profundo que sea el problema, ni lo enredado que sea el asunto. La aceptación amorosa, el “Padre” que nos habita, lo cura todo.
Vive a través nuestro, utiliza nuestra débil materia. Nuestros proyectos son su Proyecto, su Plan engloba nuestros pequeños planes.
Nada queda fuera de sus aguas. Todo es su manifestación.
Dichoso aquél que recibe un mínimo de luz, Cuando alcanzas algo de ese gozo, te das cuenta que no es exclusivo para ti, que es de todos. Y quisieras abrir las puertas de tu corazón para comunicar esa chispa de eternidad que se te revela.
Juguemos las cartas de nuestra vida con lo que nos ha tocado. No tiene más ventaja el que más dinero tiene ni el que tiene más estudios. Sí es afortunado “el que siente el gozo de que su vida es mirada con ternura por Otro más fuerte que le protege.” (Miguel Márquez).
Nadie tenga complejo de superioridad por saber o hacer más cosas o de inferioridad por ser más ignorante; nuestras aguas son perfectas, increíbles, y bañan nuestra existencia para hacerla única en todas sus manifestaciones. Todos estamos para todos, al que se le ha dado más, que dé más, al que se le ha dado menos, que dé igualmente al máximo, y seamos tiernos y alegres unos con otros.
Y unos y otros alabemos en toda circunstancia.
2 comentarios:
Ya somos agua. Lo plasmas todo con una facilidad asombrosa. Quiero beber siempre de tu fuente que mana.
TE QUIERO MAMÁ.
Me encanta, hormiguita!
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