miércoles, 9 de noviembre de 2011

Página en blanco


Nuestra vida es una página en blanco, como el folio, un espacio por escribir, y da igual la edad que tengamos, la página todos los días está por escribir.

Porque no es lo mismo pasar de una cosa a otra sin plena consciencia, sin ver más allá, que mirar de frente a la vida, y establecer un diálogo íntimo con ella, comenzando por decir humildemente: “Aquí estoy, guíame.”

Siempre es conveniente poner algo de trascendencia o de magia en lo que hacemos, y ese diálogo del que he hablado hacerlo extensible a todo lo que nos rodea, podemos sentir afecto y comprensión por todo, incluso por los objetos y los detalles más insignificantes.

A nuestra página en blanco le conviene un poco de color, que sería la ilusión, imprescindible para avanzar a lo largo de las horas, para no quedarnos anclados en el primer obstáculo.

La creatividad que todos poseemos también es esencial: ¿Por qué tener que repetir en la hoja de hoy lo mismo que hice ayer? ¿Por qué no añadir un toque diferente, una palabra nueva, un gesto fresco que haga ese día único y distinto?

Tenemos una dimensión artística totalmente olvidada, todas las energías que nos habitan esperan ser utilizadas y si nos ponemos manos a la obra podemos hacerlo todo, a nuestro estilo, claro está.

Da la impresión de que hemos tropezado con nuestro cuerpo y ya no podemos hacer nada, pero éste está para ser utilizado, no para impedir.

En lo que tenemos está nuestro tesoro, en nuestro caminar cansado, en nuestra piernas torpes, en nuestra limitación; ahí mismo lo tenemos todo si nos aceptamos tal como somos y nos sentimos co-creadores de nuestros días, porque en nuestro barro llevamos el sello de nuestro alfarero, y ése es nuestro poder.

Con música de fondo, con acompañamiento de estrellas, con espíritus amados, caminamos en esta tierra y escribimos nuestra propia historia sagrada, la dejamos grabada en el espacio infinito.

La búsqueda ya es nuestra meta, estamos aquí para vivir caminando, por tanto lo importante es estar yendo y saborear nuestros pasos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, hormiguita.

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