miércoles, 23 de noviembre de 2011

Despierta


La patria soñada está dentro de nosotros, el mundo nuevo nos pertenece, la fuente de la felicidad la llevamos dentro. Todo se cuece en nuestro interior. Y esto no es palabrería, es la pura realidad.

Si yo cultivo paz en mi interior, veré paz fuera. Y si cultivo amargura, lo veré todo gris y amenazante.

Se puede decir que llevamos en nosotros la llave que nos abre las puertas de nuestra iluminación, de nuestro gozo, de nuestro sentirnos de un modo especial dentro de nuestra piel.

Tan sólo nos hace falta sabernos incompletos, necesitados de algo, ir hambrientos y sedientos de eternidad. Si vas con sed, encuentras tarde o temprano el agua. Pero si vas sin sed, por más que navegues en ríos caudalosos no sabrás que el agua te impregna y te mantiene y te da forma. “El que está satisfecho, hasta la miel desprecia; al que tiene hambre, hasta lo amargo le sabe dulce.” (Proverbios 27)

Es importante sentir la chispa interna, el empuje, el cosquilleo, la necesidad. Sentir que no somos autosuficientes, que necesitamos algo que es crucial para nosotros porque es nuestro ser más auténtico.

No puede ser que hayamos nacido para nada. Que nos hayamos quedado en la superficialidad de las cosas, en el no ser conscientes.

No puede ser que nos perdamos la belleza que existe gratuitamente delante de nuestros ojos, o que vivamos de espaldas al amor, que es nuestra esencia.

Cada día nos ponemos de nuevo en marcha hacia ese rinconcito de infinito que nos pertenece y nos mueve, cada día señalizamos un nuevo camino, sorteando piedras y baches, dificultades y problemas, no precisamente pequeños.

“Cada día tiene su afán, su preocupación.” Son escollos necesarios en nuestro formación. Alguien podrá decir: pues a mí se me han dado más problemas que a otros. Nunca se te da más de lo que puedes llevar.

Somos muy fuertes, y lo demostramos a cada paso, cada vez que se nos presenta la ocasión. Nunca lo que nos sucede es al azar, todo está diseñado confiando en nuestra intervención, en nuestro buen hacer. Interactuamos con el mundo y nuestra presencia es necesaria.

Ponte en marcha conscientemente. Cambia tu aflicción en danza, tus lágrimas en ofrenda, tu oscuridad en luz.

Cambia el chip.

Despierta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Contigo es muy facil despertar. Elijo estar despierta siempre.

Gracias mamá.

Te quiero.

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