La gente que reza sostiene el
mundo. Hay que decir que rezar es mucho más que unas palabras que salen de la
boca. Supone una actitud básica de confianza, porque la oración sin la
confianza está vacía.
Ese mundo que sostengo, se puede reducir
a “mi pequeño mundo”, que es esa parcela donde yo actúo y me muevo.
Con mi confianza cambio
radicalmente mi mundo, en primer lugar, porque actuaré siempre con limpieza,
que es lo mismo que coherencia, y, en segundo lugar, porque no dejaré circular los
malos rollos que todo lo enrarecen y ensucian. Para ello, en muchas ocasiones,
entraré en controversia con el mundo, que no suele ir por ese camino de
honradez y amor. Pero es una controversia pacífica, de dejar hacer a los demás,
de ser consciente que yo puedo cometer los mismos errores, y comprender que la
vida es un proceso personal, no podemos juzgar sobre lo que hacen otros,
suficiente tenemos con nosotros mismos, con nuestras propias dudas y errores.
Me gusta la oración de T. Merton
que expresa nuestra radical inseguridad:
“Señor
y Dios mío, no tengo ni idea de adónde voy.
No
veo el camino que se abre ante mí.
No
puedo saber con certeza dónde terminará.
Tampoco
me conozco realmente a mí mismo,
y
el hecho de pensar que estoy cumpliendo tu voluntad
no
significa que la esté cumpliendo realmente.
Pero
creo que el deseo de agradarte, de hecho, te agrada.
Y
espero tener ese deseo en todo cuanto hago.”
Yo también espero tener ese deseo
en todo, y enrolarme confiadamente cada día en esa aventura humana que me
apasiona, sin saber adónde me lleva, con la única seguridad del amor que me
conduce y no me va a dejar nunca. Tan solo con la luz de la fe.
1 comentario:
Yo también espero tener ese deseo en todo, y........... con la única seguridad del amor que me conduce y no me va a dejar nunca. Tan solo con la luz de la Fe.
Gracias Conchi¡
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