domingo, 27 de octubre de 2019

Un diminuto destello


Algo bueno está ocurriendo, muchas cosas maravillosas suceden hoy. Puedo hacer un recuento de dones a la vista, de las alegrías de cada día, para empequeñecer la sensación que siempre aparece de que falta algo, de que cada momento está incompleto. Dice M. Delbrêl: “No nos falta nada de lo necesario pues, si algo nos faltara, Dios ya nos lo habría dado.”

Si admito que el presente es todo lo que tengo, entonces he de reconocer que no vivo de verdad, porque siempre estoy en otro lado, en otro asunto del futuro o del pasado.

Hoy y ahora es toda la vida. Sin embargo, muchas veces yo me encuentro perdida entre mis planes, perdiéndome este ahora sagrado y luminoso.

Algo extraordinario se cuela en cada latido de vida, algo que no logro abarcar con mi mirada de corto alcance. Pero sé que está ahí, “tan cierto como el aire que respiro”.

El Misterio me deja agotada cuando pretendo entenderlo, lo que me resulta imposible.

“La clave del hoy es vivirlo bien, vivirlo felizmente, vivirlo con sorpresa”. (Joan Chittister).

Esto sí que lo entiendo, vivir con dicha y con asombro y con confianza. Cuando mi Universo amado quiera que yo entienda más, entenderé. Mientras tanto a vivir sencillamente, y a hacer oración con mis días, evitando enredarme en preocupaciones.

La vida es prestada, los días, un regalo. Mi paso, el de todos, por esta existencia es un suspiro, un diminuto destello que se enciende y ya se apaga. Quiero que sea un chispazo de emocionada alabanza y nada más, sabiendo que tengo lo que necesito, no más, ni menos.

Uno mi oración a todo cuanto existe. Me inclino ante la Vida, con toda mi gratitud.

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