“Dios
quiere que el alma se ensanche para poder recibir mucho, pues él quiere darle
mucho. Nunca hubo nadie que deseara alguna cosa con tanta fuerza como desea
Dios conducir al ser humano a que le conozca.” (Maestro Eckhart).
Si todo un Dios está enamorado de
nosotros, tenemos que responderle con fiesta y también con la entrega: de
nuestras ideas, deseos, sufrimientos, dudas y aciertos, todo es suyo.
De la seguridad de ese amor,
brota una luz que nos va abriendo caminos, una persona nueva nace en nosotros,
nuevos odres, y por fin estrenamos libertad. Descubrimos que la vida se realiza
en la entrega, no podemos apropiarnos nada, porque nada nos pertenece. Cuando
lo doy todo, soy todo.
La formación nos la da la propia
vida, lo que nos sucede está pensado para nosotros. La clave es dejarnos
moldear, como barro divino que somos. Se puede decir que somos llevados hacia
un Encuentro Personal, que sucede en nosotros mismos.
Al amor siempre hay que responder
con fiesta, “nadie os podrá quitar
vuestra alegría.” Esa alegría, de modo natural, tiende a comunicarse. Así
nos convertimos en mediadores y comunicadores de la buena noticia del amor, en
un mundo muy necesitado de ella.
Si estás convencido, convences.
El contagio es muy poderoso.
En otras palabras, inundemos de
energía positiva nuestro entorno, es el modo más grande de vivir.
“Confía
en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y mantente fiel, ama al Señor con
ternura, y él cumplirá tus deseos más profundos. Descansa en el Señor y espera
en él”. Salmo 36.
Seamos odres agradecidos y
depositarios de la más honda alegría.
1 comentario:
Dios desea conducir al ser humano a a que le conozca. Bien
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