Hombre,
Dios, Ser, Vida, Camino, Energía, Iluminación, Fuente. No voy a discutir por
palabras. Tan solo pido ver, oír, gustar, oler, tocar el Misterio en mi vida. Y
para ello, con una actitud abierta, todo me sirve, nada queda excluido: desde
la más gran alegría hasta el momento de bajón y tristeza. Todos mis pasos son
necesarios.
Hay
ratos, como ahora mismo, que me dedico a atrapar ese Misterio con mis palabras,
no soy yo quien manda en ellas, vienen de otro universo, tan solo abro mi
corazón para escucharlas.
Otros
ratos son mis silencios y mis lecturas. O mis encuentros y las faenas de mis
jornadas. Ya he dicho que todo vale, todo es camino.
Como
San Francisco, pido ser instrumento de paz , de unión y esperanza, para encontrar
así el propósito que dé luz a mis días.
El
perdón hace falta en el mundo, pedir y dar perdón. Es el camino más grande de
sanación y de encuentro. Cura todas las heridas, todos los lastres heredados.
El
perdón requiere un aprendizaje de por vida, nos da una fuerza increíble porque
nace de la necesidad esencial de unión que hay en todo lo que ha sido creado.
El verdadero poder está en los lazos que nos mantienen unidos en una misma Realidad.
Es la armonía.
No
ensalzarnos ni quedar por encima de otros. Bajar a la tierra y no excluir a
nadie. Si excluimos, somos nosotros los excluidos del banquete gozoso del
encuentro y la unidad.
Lo
mejor será dejarnos enseñar por la misma Vida, que no deja de darnos
oportunidades, de indicarnos caminos, de abrirnos puertas. Una y otra vez.
Con
esa certeza de una ayuda constante y de un amor infinito, me levanto por las
mañanas y busco mi lugar de contemplación privilegiada en esta bendita tierra.
1 comentario:
Pedir y dar perdón
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