domingo, 24 de abril de 2016

Universos escondidos



Día tras día yo modelo mi barro, mi vida. Le voy dando matices, formas y texturas nuevas. Le quito capas que no sirven.
Tengo buenos maestros que me dicen cómo se hace y sobre todo me enseñan a poner el corazón, es decir lo mejor de mí misma, en lo que hago.
Aunque practico y le pongo ganas, no siempre el asunto me sale bien. Me consuela saber que eso es propio de los humanos, muchos fracasos y pifias al lado de alguna obra bien conseguida. Estamos muy atados a la tierra y nos cuesta remontar el vuelo, imaginar, crear, soñar. Así somos.
Cada capa que quito de mí misma, de todos mis egoísmos, me abre una puerta de luz y de buena energía.
No hay pasos en balde, ni posible marcha atrás, porque ya he nacido, eso es un hecho. Ya he amado y he sufrido, y ya empiezo a ver luz en mi oscuridad cotidiana. He soltado las riendas con las que pretendía dirigir mi vida y he dado el salto a la confianza.

No hay vuelta atrás,
ya me has creado
y me he empapado
de las sombras
que rodean a la luz,
y he bebido el sufrimiento
que me asegura la vida,
y he amado
y me han amado.


No hay vuelta atrás
ya he soltado las riendas,
me he liberado
y he confiado en tu abrazo,
ya no puedo volver a mi prisión
de aspecto humano,
he atravesado las barreras,
he dado el gran paso,
ya no me sirve lo viejo,
ni lo antiguo,
ahora por fin soy libre
y me dirijo hacia universos
escondidos.

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