El
hogar que yo habito es grande, acogedor y tierno, los problemas siempre
mezquinos y pequeños.
No hay que olvidar nunca
la grandeza de la vida, la maravilla de estar aquí, de haber nacido, de
respirar. Todos los problemas que nos pueden venir son nada si miramos el
misterio en el que nos movemos.
Conviene recordarlo
cuando nos ataca la ansiedad, el sinsentido, la rabia o la tristeza. Conviene
tener presente la transitoriedad de todo lo que nos sucede, la brevedad de este
paso nuestro por el universo.
Vamos a adornar nuestros
espacios con bellas palabras y buenas intenciones siempre, a bendecir la
llegada de cada día y prepararnos para llegar a ser seres humanos merecedores
de tal nombre: humanos.
Cuando decimos que una
persona es muy humana estamos diciendo lo máximo de ella. En esa palabra cabe
toda la ternura, la compasión, el amor de que podemos ser capaces.
Los humanos que son
realmente humanos se puede decir que han llegado a su cielo personal, a su
paraíso soñado, a su reino divino, y esta es la palabra clave, porque cuando
somos humanos somos exactamente divinos, manifestación de algo que nosotros
mismos ignoramos pero lo llevamos con nosotros incorporado, de fábrica, de
nacimiento. Es algo que no hace falta que vayamos a buscar porque ya lo tenemos.
Todos transportamos la
piedra preciosa hecha de bondad, belleza y sabiduría. Todos saboreamos lo bueno
porque de eso está hecho nuestro corazón, es nuestra esencia. Por eso
conectamos al instante con otros seres humanos que esconden en su interior el
mismo tesoro que nosotros. Por eso estamos hermanados, porque básicamente
sentimos lo mismo y nos mueve el mismo anhelo.
Ser humanos es nuestro
regalo, el que transportamos a diario, con todas las luces y sombras que
integran la vida, con todos los éxitos y errores, y con la oscuridad que nos
envuelve.
Tan humano es el que ríe
como el que sufre, el que crece como el que se estanca, el que aprende como el
que se cierra al aprendizaje, el que ama como el que no sabe amar. En la
palabra humano cabemos todos, por eso es tan hermosa, tan apasionante,
inspiradora y bella.
Como humana que soy me
uno a todos los seres de la tierra, bendigo todo lo que me ha sido dado
contemplar, admirar y saborear, me pongo al servicio de la creación entera,
adorno mis caminos y proclamo con mi vida libertad.
1 comentario:
Gran sabiduría
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