He
encontrado una dieta de las que me gustan:
DIETA
de pensamientos negativos, de autocríticas y culpabilidades, de buscar la
aprobación de los demás, de falsedades y egoísmos. En poco tiempo se pierden
kilos de ansiedad, de rabia, frustración e impotencia.
Porque
los pensamientos negativos perjudican gravemente a la salud. Sentirnos
culpables nos impide el crecimiento. Buscar la aprobación de los demás nos hace
emocionalmente dependientes. Y con los egoísmos y falsedades tapamos el acceso
a ese fondo entrañable que nos da sentido y nos empuja a ir siempre hacia
nuestra realización plena.
La
he repartido esta dieta a mis amigas por si les hiciera falta y ahora la
comparto con vosotras/os.
Tenemos
tendencia a acumular sobrepeso de ansiedad, las tensiones nos atraen como si
tuviésemos un imán que nos acerca a ellas. Necesitamos urgentemente un régimen
en el que solo comamos cosas saludables, pacíficas y sanadoras.
También
será conveniente que lo aderecemos todo con el necesario sentido del humor. El
humor es una herramienta que nos distancia de las cosas. Y hace que estas
pierdan esa gravedad y ese matiz de tragedia que les añadimos.
Si
siguiéramos dietas como esta nos sentiríamos mucho mejor y contagiaríamos al
mundo con nuestra buena salud espiritual y corporal. Porque las dos están
intrínsecamente unidas.
Cuando
vamos a seguir una dieta lo primero que tenemos que hacer es una toma de
conciencia de que queremos estar bien, es una preparación mental o psíquica
necesaria para no abandonar en el primer tropiezo.
Por
eso conviene que nos concentremos en lo que vamos a hacer, que apostemos por
ello, y entonces empecemos la dieta que nos hemos propuesto.
La
preparación previa de cada jornada es fundamental. El hablar seriamente con uno
mismo y decir: quiero que mi vida sea armoniosa, quiero darme cuenta de todas
las ayudas que recibo, saborear los momentos felices y trabajar por mis relaciones
positivas con mi entorno.
Hacer
una mínima toma de conciencia de que estoy viva por y para algo. Y de que mi paso
por esta tierra es un regalo, una bendición.
Si
vemos que la dieta nos funciona pasémosla a los demás, que circule entre
nuestras amistades, para que les sirva de ayuda y orientación. Hay mucha gente
necesitada de perder el peso de la ansiedad.
No
nos quedemos con las cosas buenas, sin compartirlas, ayudémonos unos a otros
para que dejemos tras nosotros huellas pacíficas y luminosas.
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