La vida puede llegar a
ser un sinsentido o una profunda experiencia interior.
“Ya es hora de
despertarnos del sueño. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Por eso,
dejemos de hacer las cosas propias de la oscuridad y revistámonos de luz, como
un soldado se reviste de su armadura”.
No nos dejemos llevar
por las rencillas, por las tonterías, envidias y nerviosismos, es decir, por la
oscuridad. Y revistámonos de luz.
Es la hora de disfrutar,
sonreír, relajarse, vivir en positivo, enamorarse de los paisajes, conversar
con nosotros mismos, derrochar ternura, ser libres.
Es el tiempo de ir
desaprendiendo prejuicios y creencias y dedicarnos sencillamente a amar.
Todos nos sentimos
llamados a esta revolución interior, porque todos giramos en torno a la luz.
No nos aferremos a lo
que es superficial, porque nada es inamovible, lo que en esta parte del mundo
se hace de una manera, en la otra parte del mundo se hace de modo totalmente
distinto. Incluso lo que hace unos años eran certezas o dogmas, hoy no sirven.
Por ejemplo en el terreno de la educación o de la medicina.
Despertémonos del sueño
del temor, la separación, la desconfianza y las ataduras. Es hora de relajarnos
y caminar hacia esa experiencia vital para la que estamos aquí. Es el momento
de la alegría. Es el instante único de dejar salir palabras agradecidas, que
son farolillos de luz para el mundo.
Si no somos felices en
este momento, no lo seremos nunca. No esperemos a que los acontecimientos
cambien, a que se solucionen los problemas, porque luego vendrán otros, y
siempre tendremos motivos para quejarnos.
Sí, si no soy feliz
ahora, no lo seré luego. Ya tengo en mí mismo lo que necesito para mi
realización. Ya lo tengo todo, ahora, independientemente de lo que está
sucediendo a mi alrededor. Y lo que manda es lo de dentro.
Ser feliz es una
elección, para ello tengo que despertar del sueño de que estoy sola,
abandonada, en un mundo hostil, en un universo extraño.
Elevarme sobre los
vaivenes diarios y sentir y ver que Todo está a mi favor, que lo que me
sucede es para bien, tanto los éxitos como los fracasos.
La sed o el hambre que
llevamos instalados en el corazón como seres humanos que somos es lo único
imprescindible.
Hambre de Bondad. Sed de
Amor.
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