Soy un pueblo en marcha, porque a
través de mí se manifiesta la misma vida que está en todo, porque en mí nacen
los deseos más profundos que comparto con toda la especie humana. Por eso, yo
sola soy un pueblo entero. No hay separación entre una vida y otra, igual que
no la hay entre las pequeñas olas de los océanos, todas son agua.
Estoy hecha de polvo de infinito
mezclado con barro de los caminos. Esta mezcla puede llegar a ser
revolucionaria y explosiva, también puede quedarse en un amasijo informe y
aletargado. Todo puede suceder. La sorpresa de cada día y de cada encuentro es
lo que nos mueve y lo que nos hace tener el impulso y la curiosidad necesaria
para explorar nuestra orilla más íntima donde se teje nuestro destino.
La mecha de nuestros días está
encendida. Ésa es nuestra realidad gozosa. La luz de tantas vidas que nos han
precedido junto con la nuestra, y con las que luego vendrán, es luz divina, y
ya no se podrá apagar.
Ésa luz instalada en mi mismo centro
vital es la que me hace intentar atrapar con las palabras trozos de cielo, para
decir todo lo que digo y expresar lo que siento. Para que las frases queden
como piedras por las que cruzar ríos revueltos y pozos de misterio insondable.
Y caminando, con más o menos fortuna, a
través de frases, de imágenes, de personas y de acontecimientos, nos vamos
acercando a nuestra meta, que no está lejos, la llevamos grabada en nuestro
mismo corazón.
Siempre necesitamos aprender y
formarnos, siempre hay barreras que superar, nudos que deshacer, lastre que
soltar para avanzar sin ataduras innecesarias ni impedimentos.
Mi batalla es la misma que se inició
con el primer ser humano sobre la tierra, saciar el ansia y la búsqueda que
llevo en mis entrañas, hacerme preguntas, inventar respuestas, construir mi
mundo personal, caminar a ciegas, tocar el misterio. En mi esencia de persona
está todo eso.
Me guía la luz del amor. La ternura y
el abrazo, es lo que mejor me sienta. Y los asuntos difíciles que se vayan
presentando y yo no pueda resolver los dejaré en manos de quien ya están, de la
Sabiduría infinita, y caminaré confiada. Con la firme decisión de descubrir las
minas de diamantes depositadas en mi interior y compartirlas con mis hermanos
de toda la tierra, porque soy un pueblo con todos ellos. Y les amo.
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