Todos los libros sagrados hablan de
nuestra vida, aunque se escribieran hace miles de años. Cuando me llega un
mensaje que dice: “Dios me ha concedido el privilegio de ser su apóstol”, está hablando de mí. Porque yo soy
apóstol y discípulo, también soy Jesús y el Buda, por supuesto también el que
es capaz de traicionar y de engañar.
Todos los personajes-modelo viven en mí,
y los represento en un momento u otro.
No miremos las cosas desde la distancia y
la apatía, sino con pasión y entrega, si somos el Cristo es un motivo para
apasionarse por la existencia.
Nuestra pequeña y efímera vida es una
manifestación de la Vida Grande y Generosa, Por eso se nos dice en la Biblia:
“tú, habla en mi nombre”. “No os preocupéis de lo que tenéis que decir, el
Espíritu hablará por vosotros”. “En él (en mí) reside toda la plenitud”. Todo
lo que se dice de los grandes personajes se dice de mí.
Todos los mensajes que siento como míos
es que han sido enviados para mí, porque hay alguien que se quiere dejar encontrar
dentro de mi corazón y mueve las montañas que sean necesarias para que yo me dé
cuenta.
Todo el espectáculo que se desarrolla
ante mi mirada ha sido creado para que yo aprenda, nada hay indiferente o
innecesario. Porque estoy unida al manantial de vida y él mismo me alimenta con
sus aguas, y me anima a caminar y a ser yo misma; todo eso sin palabras, sin
razonamientos intelectuales, solo con el impulso de estar vivos.
Hay tantos milagros a la vista que ya
nos permitimos el lujo de ignorarlos y hacer como si no existieran. Pero existe
el milagro de ser persona humana, de ser estrella, de ser naturaleza, de ser
deseo y ansia de algo más. El milagro de todas las casualidades que me han
llevado a ser quien soy, de todos los delicados hilos que me mueven a amar y a
sonreír y a dar gracias.
Porque soy débil aprecio la honda
energía, porque soy ignorante me deslumbra la sabiduría amiga, la que me llama
por mi nombre y me impulsa a dar pasos en mi oscuridad.
Sí, todo habla de mí. Todo me hace
guiños de complicidad, y me da ánimos para seguir. Porque la energía que me
habita es la misma que está en todo. Ella se ocupa de mis cosas y de mi
formación, día a día.
1 comentario:
Sigues regalándonos tus palabras, que como tú muy bien dices, son vertidas por la plenitud a través de tu persona. Hablas de la Vida y la Vida habla en ti.
Eres tan grande como el universo y tan pequeña como un grano de arena. Simplemente criatura hermosa. Para mi, la más hermosa. Soy muy afortunada de tenerte.
TE QUIERO MAMÁ.
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