domingo, 21 de julio de 2013

Todo habla de mí


Todos los libros sagrados hablan de nuestra vida, aunque se escribieran hace miles de años. Cuando me llega un mensaje que dice: “Dios me ha concedido el privilegio de ser su apóstol”, está hablando de mí. Porque yo soy apóstol y discípulo, también soy Jesús y el Buda, por supuesto también el que es capaz de traicionar y de engañar.

Todos los personajes-modelo viven en mí, y los represento en un momento u otro.

No miremos las cosas desde la distancia y la apatía, sino con pasión y entrega, si somos el Cristo es un motivo para apasionarse por la existencia.

Nuestra pequeña y efímera vida es una manifestación de la Vida Grande y Generosa, Por eso se nos dice en la Biblia: “tú, habla en mi nombre”. “No os preocupéis de lo que tenéis que decir, el Espíritu hablará por vosotros”. “En él (en mí) reside toda la plenitud”. Todo lo que se dice de los grandes personajes se dice de mí.

Todos los mensajes que siento como míos es que han sido enviados para mí, porque hay alguien que se quiere dejar encontrar dentro de mi corazón y mueve las montañas que sean necesarias para que yo me dé cuenta.

Todo el espectáculo que se desarrolla ante mi mirada ha sido creado para que yo aprenda, nada hay indiferente o innecesario. Porque estoy unida al manantial de vida y él mismo me alimenta con sus aguas, y me anima a caminar y a ser yo misma; todo eso sin palabras, sin razonamientos intelectuales, solo con el impulso de estar vivos.

Hay tantos milagros a la vista que ya nos permitimos el lujo de ignorarlos y hacer como si no existieran. Pero existe el milagro de ser persona humana, de ser estrella, de ser naturaleza, de ser deseo y ansia de algo más. El milagro de todas las casualidades que me han llevado a ser quien soy, de todos los delicados hilos que me mueven a amar y a sonreír y a dar gracias.

Porque soy débil aprecio la honda energía, porque soy ignorante me deslumbra la sabiduría amiga, la que me llama por mi nombre y me impulsa a dar pasos en mi oscuridad.

Sí, todo habla de mí. Todo me hace guiños de complicidad, y me da ánimos para seguir. Porque la energía que me habita es la misma que está en todo. Ella se ocupa de mis cosas y de mi formación, día a día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigues regalándonos tus palabras, que como tú muy bien dices, son vertidas por la plenitud a través de tu persona. Hablas de la Vida y la Vida habla en ti.

Eres tan grande como el universo y tan pequeña como un grano de arena. Simplemente criatura hermosa. Para mi, la más hermosa. Soy muy afortunada de tenerte.

TE QUIERO MAMÁ.

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