Tengo una única puerta de acceso al
infinito, a la belleza, a la trascendencia. Esa puerta es mi vida, tal como se
me presenta.
Puedo mantener la puerta con múltiples
accesos, entradas y salidas. También puedo mantenerla entornada o cerrada a
calicanto y perderme así la esencia del estar viva.
Tener la puerta abierta significa no
dejar ninguna oportunidad de crecer, aprender. Decir sí a las invitaciones que
nos llegan para conocernos a nosotros mismos, para formarnos y actuar en beneficio
de otros.
Siempre tenemos a nuestro alcance esa
formación tan necesaria: puede ser en forma de meditación e introspección en
nuestra propia intimidad, o en forma de lecturas, o de grupos y asociaciones.
Yo lo llamo “invitaciones de la vida”. A
mí me llegan continuamente, y siempre digo sí, porque siempre veo una Voluntad
detrás que me está llamando a hacer algo.
Ayer mismo, alguien me dijo: “Podías
escribirnos una obrita de teatro para representarla unas señoras mayores, un
grupo de aficionadas.” Por supuesto, dije “sí”.
Yo no tengo idea de teatro, nunca he
escrito sobre ello. Pero si he recibido “una invitación”, por algo será. No
llevo yo las riendas de mi vida, no conozco mis posibilidades. Hay capacidades
mías que están sin estrenar. Y tengo que hacer caso de esas llamadas,
aparentemente casuales e inocentes, que me están pidiendo algo. Recuerdo que con una de
esas invitaciones empecé a escribir.
La Energía que todo lo habita, nos habla
por medio de nuestro entorno: personas, acontecimientos. Y es curioso ver cómo
nos va marcando el camino, si tenemos la puerta abierta a sus indicaciones.
Por eso, pongamos nuestros radares en
marcha y dejemos las puertas abiertas, para que no pase de largo esa indicación
que nos hace falta, ese gesto o esa enseñanza.
No esperemos a tiempos mejores, la
puerta siempre se abre en “el ahora mismo”, no en lo que sucederá, no en lo que
ya pasó.
Hay un imán que nos atrae a realizarnos
al máximo y buscar nuestra esencia. Con los años esa búsqueda se hace más
intensa, se ve todo de modo distinto. Nos sentimos más libres de ataduras, ha
pasado la época de brillar hacia afuera, nos queda la etapa de la aventura
interior.
Bienvenidas sean todas las situaciones
que llegan a nuestra puerta/vida. Que todas nos sirvan para ser en profundidad.
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