Algo me guía imparable, poderoso y amable, con sabiduría que es infinita. Me acompaña en desiertos y tierras estériles, puede más que yo y mi ceguera y siempre me regala confianza para el camino.
Me gusta contagiar esa misma confianza a mi mundo, para librarlo de temores y de angustias innecesarias. Sufrimos por lo que no sabemos si pasará y mientras tanto abandonamos la plenitud de este instante de oro, lleno de dignidad, sencillez y preciosa luz.
Si aceptamos, si damos nuestro consentimiento, cambiamos la manera de ver la realidad. Todas nuestras potencialidades están presentes, todos los dones han sido dados ya. Nuestra tarea será destapar y descubrir lo que ya llevamos en nosotros.
El camino no es lineal, hay altibajos, indecisiones unidas a certezas, momentos para todo.
Quiero vivir aportando una nueva mirada sobre el mundo, para ver lo que me quiere enseñar, porque sé que en todo hay un propósito. Quiero rodear de amor tantas situaciones de injusticia, desamparo, dolor. Solo así puedo unirme a la revolución que todo lo cambia porque genera unión y fraternidad.
Necesito mirar todo con una nueva inocencia, sin juicios ni condenas. Sabiendo que todos, sin excepción, esperamos y buscamos lo mismo: sentirnos acogidos y amados.
La humanidad sigue viva gracias a la buena energía de cada corazón humano, que recorre el mundo a través de los tiempos. A lomos de nuestra propia fragilidad sucede el milagro del amor.
3 comentarios:
"Necesito mirar con una nueva inocencia, sin juicios ni condenas"
Gracias Conchi
Que hermosas palabras , que nos hacen recordar aque vinimos.Graciaa, gracias, gracias
Esforzaos por entrar por la puerta estrecha
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