domingo, 27 de junio de 2021

Abrir caminos


 Abrir caminos para que el amor se exprese, para que brote el entusiasmo y la alegría nos inunde. Una alegría que nace de la confianza de saberse amado.

Es una tarea a la que nos impulsa el Espíritu, no es nuestra la iniciativa, somos guiados.

Si el fin es la alegría, los medios no pueden ser aburridos. No puede predominar el pesimismo y la queja. El lenguaje y las acciones tienen que expresar una novedad motivadora e ilusionante. Por eso, no se trata de hablar “de oídas”, ni de aprenderse un discurso que no nace en nuestro interior, sino de comunicar el asombro y la belleza que experimenta nuestro mismo corazón, en primera persona, compartiendo con otros lo que uno ha vivido.

El Papa nos habla de cercanía, diálogo, acompañamiento, buscar el bien de los demás. Es “la revolución de la ternura”, un proceso de transformación en nosotros, que puede ser que nos ocupe toda la vida, hasta el último aliento. No marcamos nosotros los tiempos, sencillamente caminemos en gratitud permanente, así podremos ser alegres compañeros de viaje.

Hay un tiempo para cada cosa y todo tiene su momento oportuno. Dice el Eclesiastés: “Cuando te vaya bien, disfruta, pero cuando te vaya mal, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosa de Dios”. Dejémoslo todo en manos de quien ya está.

El tiempo también es mensajero y tiene una sabiduría que nosotros ignoramos, porque somos limitados. Pero siempre está en nuestra mano, canalizar esa divina energía que nos mueve, para abrir caminos de bondad y de esperanza. Eso es lo que el mundo necesita, y es la tarea que nos espera.


1 comentario:

Fr. Simón dijo...

Dejar todo en manos de Dios

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