domingo, 29 de julio de 2018

Mover corazones


Quiero mover corazones de su sitio, incluido el mío. Para dirigirlos a ese lugar de paz y dicha que lo tenemos tan cerca, aunque a veces parece lejano.

Me apena ver tantas personas atrapadas en adversidades sin fin o instaladas en la tristeza y en la ansiedad.

Nos hace falta un huracán de confianza que borre egoísmos y malos rollos inventados por nosotros mismos. Con nuestros estados de ánimo a ras de suelo poco podemos disfrutar la vida. Parece que tengamos que pagar con nuestra infelicidad las culpas por todas las energías negativas que nos inundan.

Sin embargo, hay otra manera de vivir. Es la que intento cada día. Estoy aprendiendo poco a poco. Aquella regla de oro, que aparece en los evangelios: “Trata a los demás como quieres que te traten a ti,” es lo esencial. Igual que la sabia indicación: “Ama”, tantas veces repetida.

No te gusta que murmuren de ti, no lo hagas tú de nadie. Te gusta recibir cariño y atenciones, haz tú lo mismo: da amor a manos llenas. Y con las cosas que no suceden como tú quisieras, ten paciencia, y sonríe.

Tengo que decir que me sienta bien este camino evangélico, me rejuvenece, me da una inocencia nueva, incluso me hace sentirme una niña ilusionada. No me dejo atrapar por los disgustos que llaman a mi puerta y siempre encuentro motivos de alegría.

En nuestro mundo el mayor acto de rebeldía y de valentía es amar: nos hace ser guerreros que luchan por descubrir los tesoros interiores, los propios y los ajenos.

Cada día me preparo para librar esta batalla y así mover mi corazón hacia la luz.

1 comentario:

Unknown dijo...

Si intentáramos vivir de esa forma el mundo sería distinto. Creo q todo pasa por tener esos momentos diarios de comunicación con el q sabemos podemos tener puesta nuestra confianza.

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