domingo, 27 de agosto de 2017

Contemplar

Contemplar: mirar con consciencia, agradecimiento y ternura, eso me gusta como sinónimo de vivir. Con esa ilusión me levanto por las mañanas, con ese encargo camino.
Contemplar es como tener un anticipo de vida eterna.
Para mí es un modo de vivir completamente nuevo, que tengo que aprender. Es quitar protagonismo al pensar y el actuar y dárselo al percibir y sentir. Sencillamente, es experimentarlo todo.
Como decía alguien: “No se trata de hablar de Dios sino de practicar Dios”. No es mirar desde fuera sino desde dentro, desde el mismo Espíritu que nos ha traído a la vida y nos ama. En realidad, todo es dentro y todo sirve a todo. Tiene que ver con la pasión, o “el lío”, que el Papa Francisco nos aconseja.
Cada día se nos abren nuevas vías porque todo lo llevamos incorporado y las bendiciones están echadas, ya somos templo entre otros templos. Cómo disfrutar de la suerte que hemos tenido. Tan solo contemplando y viviendo en armonía con la naturaleza y con nosotros mismos. Esa naturaleza es nuestro universo amado, nuestra casa.
Hay un primer momento de esfuerzo, hasta que se llega a la etapa de no esforzarse más porque sabes que hay Alguien-Enamorado-de-Ti que está tomando la iniciativa sobre todo lo que te sucede, que estás en el momento perfecto y en el sitio adecuado, y tu única tarea es orientar tu vida hacia él. “Justo ahora estás donde necesitas estar, solo respira, confía en el universo.”

Es un camino sencillo que exige un cambio radical: confiar, confiar y confiar.

2 comentarios:

Fr. Simón dijo...

Confiar y saber esperar, bravo. Con los sentidos en pleno

Anónimo dijo...

Cómo siempre, precioso y cierto.

Gracias mamá.

Celebrar la vida

  Algo tiene que morir en nosotros para que la vida gane. Desprendernos para avanzar. Dejar atrás la visión de nosotros mismos y del mundo, ...