Damos por sentado que todo el mundo sabe acerca de los temas más
trascendentales: vida, espiritualidad, muerte, Dios. Pensamos que son conceptos
claros y bien definidos. Pero si nos pusiéramos a dar definiciones de todo
ello, habría tantas opiniones como personas somos.
Tendemos a descalificar las creencias del que tenemos al lado. Como si en
uno mismo estuviera la medida de todas las cosas. Por tanto, si algo no me va
bien a mí, no le va a nadie.
Somos ignorantes de nuestra ignorancia. Y además necesitamos vivir rodeados
de definiciones cerradas y claras, para estar un poco más seguros en este
océano de inseguridades en el que nos movemos.
Para reforzarnos a nosotros mismos, nos hemos acostumbrado a opinar en
negativo, a criticar y dudar de todo.
Sin embargo, siempre está llegando hasta nuestras orillas lo mejor posible
para cada uno de nosotros. Con esa convicción hay que vivir. No podemos dudar
de la ayuda divina, del pacto Hombre-Dios, de la alianza Universo-Criatura.
En este momento ya tenemos todo lo que necesitamos para ser felices, pero
nos resistimos a ver las cosas como son, nos apegamos a nuestros egoísmos.
“Dios me tendió la mano
desde lo alto y con su mano me sacó del mar inmenso. Me dio su apoyo, me sacó a
la libertad. ¡Me salvó porque me amaba! (2 Sam 22). Esa es mi fe. Y conforme a ella tengo que respirar,
sentir, actuar.
Ya me ha sacado de ese mar inmenso, ya me ha dado su apoyo y me ha dado
libertad. Ahora es el momento de aceptar lo que se me ha regalado. También es el
momento de mirar con ternura a todos los que caminan a mi lado, sean del signo
que sean, tengan las creencias que tengan.
Todos juntos somos la misma Criatura, llena de vida y bendición.
1 comentario:
Somos en la unidad. Cuesta pensarlo y más sentirlo y convencerse pero así es. Somos uno en el Uno
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