Es impresionante la cantidad de pensamientos que nos zarandean, nos llevan
y nos traen, y no nos dejan vivir en el ahora mismo.
Los pensamientos, sean de preocupaciones, alegrías o asuntos pendientes, se
hacen los dueños.
El milagro de la vida, que siempre se realiza en el momento presente, pasa
desapercibido como si no estuviese ocurriendo algo extraordinario segundo a
segundo.
Parece que vamos por la vida solo con cabeza: la mente en funcionamiento,
pero sin la profundidad del corazón, ni los sentidos, que son los que nos
enraízan en la realidad, los que dan textura y sabor, calor y color.
Es frecuente que la mente nos inunde de miedos, siempre estamos asustados.
Porque no asimilamos esa inquietud, ese desprecio, esa decepción, pensamos que
eso no tendría que suceder así, pero sucede. Siempre pretendemos que la
realidad sea otra, y lo más curioso es que cuando la aceptamos, por fin puede
empezar a cambiar.
Hasta 365 veces aparece en la Biblia: “No temas”. Y los grandes santos nos
dicen una y otra vez: “Todo está bien”. Sigamos esos tranquilizadores consejos.
No dejemos el protagonismo a los pensamientos asustadizos, sí al hecho de
existir y la bendición de amar y ser amados.
Tratemos de vivir consciente y amorosamente lo que es inoportuno, lo que incomoda, lo que no
esperábamos y no nos apetece, porque eso es la vida también. Pero en la mente
acumulamos etiquetas, juicios de valor y prejuicios varios que no nos dejan ver
con claridad ni nos ayudan a ser auténticos.
No dejemos escapar el viaje hacia lo único que importa: tomar conciencia
del milagro en el que vivimos. Ahora es siempre el mejor momento de empezar.
1 comentario:
Todo está bien. Enseguida uno dice depende de para quién. Entrar en.esa aceptación es toda una tarea. Hay cosas que nos gustaría mejoraran
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