Entramos en las siguientes moradas con
llamadas o reclamos que vienen desde fuera, a través de libros, personas,
paisajes o frases que “golpean” nuestro interior. Todos tenemos esas llamadas
que nos mueven el corazón y nos impulsan a caminar de otra manera.
“Algunas
frases me golpean
y
me abren mundos,
me
despiertan planetas
que
están dormidos,
me
enderezan galaxias a la deriva,
me
dejan los ojos asombrados,
se
endulza el aire que respiro,
mi
pesado corazón se mueve de su sitio.
Da
un paso adelante
o
hacia atrás,
busca
otro centro,
otra
razón de vivir,
otras
voces,
otros
ecos”.
La persona que se siente tocada, inicia
su peregrinación de un modo consciente, “comienza
a ordenar su propia vida conforme a la voluntad divina”. Y poco a poco se
va dando cuenta de la armonía en la que está inmerso. Aunque uno no se acaba de
creer tanto amor, nos cuesta confiar.
“Cuándo
comprenderé
que
el aire me besa
por
las mañanas,
que
las nubes me esperan
y
me saludan,
que
la alegría se asoma
y
me visita,
que
el mar a lo lejos
me
hace señales de bienvenida,
que
los pájaros
me
regalan su vuelo,
que
el día está esperando
que
yo lo estrene,
que
todo está en su sitio
y
no hace falta nada más,
cuándo
comprenderé
que
todo está para mí
y
que puedo confiar”.
Precisamente esa es la clave de nuestra
vida: vivir con confianza.
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