En nuestra materia finita, lo Infinito
nos llama y nos trastorna la razón, porque no hay cordura en el que escucha la
llamada y se sabe elegido. Entonces todo se hace posible y se vive en una
dimensión mágica.
Hay testimonios maravillosos, como el de
Narciso Yepes, guitarrista: “Para quien
realmente toco es para Dios… El público no lo advierte. Pero Dios y yo sí. Más
que mi música, lo que le gusta es que yo le dedique mi atención, mi
sensibilidad, mi esfuerzo, mi arte…. mi trabajo.”
Qué podemos hacer para transmitir ese
convencimiento, cómo escuchar atentamente esa voz que nos llama en la
intimidad, y hace que nuestra vida cambie. La verdad es que no está en nuestra
mano convencer a nadie, solo hay uno que dirige las conversiones, las
transformaciones del corazón, en el tiempo y lugar que cree conveniente.
Ya lo he dicho alguna vez que el mundo
nuestro de occidente no va por las sendas de la fe, más bien lo contrario, está
mal visto creer que hay un Dios-Todo-Amor, y además poner una total confianza
en él.
Hay una canción, “Yo soy el que vive”,
de Ain Karem que dice “no busques entre los muertos a la vida, ponte en pie,
alza la mirada. Abre las puertas, sal a su encuentro, ve con tu hermano.”
No está en nuestra mano darle la fe a
nadie, sí está en nuestra mano amar, “ve con tu hermano”, ahí se manifiesta tu
adhesión al mensaje que recibes, con eso es suficiente.
Ahí es donde se ve la fe, en la acción,
en el abrazo universal, en el compartir alegrías y tristezas.
En las páginas de nuestros días hay una
voluntad, un sentido. En la creación entera, también.
La vida nos hace correcciones y tenemos
que aceptarlas, ese es el mayor problema: pensar que la vida consiste en que
todo nos vaya bien. Menudos disgustos nos llevamos por no aceptar. A ver cuándo
aprendemos que todo es para bien, y que la luz también nos ilumina en forma de
problemas.
La Sabiduría amorosa que nos cuida sabe
exactamente lo que necesitamos. Sabe de nuestros defectos, y nos disculpa
infinitamente.
En realidad deberíamos ser más valientes
y decididos, sabiendo que tenemos al Ser Infinito de nuestra parte. Podemos
emprender lo que queramos, y ser creativos al máximo. Nada hay imposible para
él.
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