miércoles, 19 de junio de 2013

El asno y el pozo


Cuentan que un asno cayó en un pozo. Cuando su dueño se asomó y vio que era imposible sacarlo, decidió tapar el pozo para no oír los rebuznos del pobre animal. Llamó a los vecinos y entre todos comenzaron a echar paletadas de tierra. Su sorpresa fue grande al ver que al cabo de un rato el burro salía por su propio pie, porque se había estado sacudiendo las paletadas de tierra que le caían en el lomo y subiéndose encima.

La vida nos tira tierra, pero tenemos el poder de usarla para dar un paso hacia arriba y salir del pozo. Con cada problema tenemos la oportunidad de aprender y de salir del más profundo agujero, si no nos damos por vencidos.

Qué enseñanza tiene este cuento para nosotros: Todas las circunstancias adversas que caigan sobre nosotros, podemos quitarlas de encima de nuestros hombros, y sacar provecho de ellas, es decir, aprender.

Otra imagen para decir lo mismo la expresa Joaquín García Roca de esta manera: “El navegante convierte en oportunidad las amenazas, hace entrar el viento entre las velas, y así vence al mar, aprovechando a su favor las fuerzas que están en su contra.”

Porque en esta vida se trata de caminar y aprender, no de llegar. Lo que importa y aporta la felicidad es el viaje, las idas y venidas que nos llevan al conocimiento de uno mismo.

Por supuesto que al final llegaremos a salir de este pozo, pero se trata de caminar y saborear y agradecer.

Esta materia nuestra nos dificulta la luz, pero así hemos sido creados y tenemos que seguir adelante con lo que se nos da o no se nos da, con nuestros éxitos y fracasos.

Qué sentido puede tener que yo me levante por la mañana, que haga mis planes y desarrolle mis actividades, que tenga momentos buenos y momentos malos, que me relacione intensamente con unos pocos seres humanos. Qué significa eso dentro de un universo infinito, de una perfecta creación.

El sentido me lo grita mi corazón sediento e inquieto, que se sabe elegido y privilegiado.

Al igual que el asno, cuando asomemos la cabeza fuera del pozo, no importará las paletadas que hayamos recibido sino nuestra firme decisión de haber seguido adelante y haber conseguido nuestro objetivo. Para ello tenemos que tener confianza en nosotros mismos y tener claro adónde queremos llegar.

El día que comprendamos que todo es cielo porque vivimos inmersos en el Amor, ese día veremos las dificultades de la vida como insignificancias y resaltaremos únicamente la alegría de vivir.

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