Cuentan que un asno cayó en un pozo. Cuando
su dueño se asomó y vio que era imposible sacarlo, decidió tapar el pozo para
no oír los rebuznos del pobre animal. Llamó a los vecinos y entre todos
comenzaron a echar paletadas de tierra. Su sorpresa fue grande al ver que al
cabo de un rato el burro salía por su propio pie, porque se había estado
sacudiendo las paletadas de tierra que le caían en el lomo y subiéndose encima.
La vida nos tira tierra, pero tenemos el
poder de usarla para dar un paso hacia arriba y salir del pozo. Con cada
problema tenemos la oportunidad de aprender y de salir del más profundo
agujero, si no nos damos por vencidos.
Qué enseñanza tiene este cuento para
nosotros: Todas las circunstancias adversas que caigan sobre nosotros, podemos
quitarlas de encima de nuestros hombros, y sacar provecho de ellas, es decir,
aprender.
Otra imagen para decir lo mismo la
expresa Joaquín García Roca de esta manera: “El
navegante convierte en oportunidad las amenazas, hace entrar el viento entre
las velas, y así vence al mar, aprovechando a su favor las fuerzas que están en
su contra.”
Porque en esta vida se trata de caminar
y aprender, no de llegar. Lo que importa y aporta la felicidad es el viaje, las
idas y venidas que nos llevan al conocimiento de uno mismo.
Por supuesto que al final llegaremos a
salir de este pozo, pero se trata de caminar y saborear y agradecer.
Esta materia nuestra nos dificulta la
luz, pero así hemos sido creados y tenemos que seguir adelante con lo que se
nos da o no se nos da, con nuestros éxitos y fracasos.
Qué sentido puede tener que yo me
levante por la mañana, que haga mis planes y desarrolle mis actividades, que
tenga momentos buenos y momentos malos, que me relacione intensamente con unos
pocos seres humanos. Qué significa eso dentro de un universo infinito, de una
perfecta creación.
El sentido me lo grita mi corazón
sediento e inquieto, que se sabe elegido y privilegiado.
Al igual que el asno, cuando asomemos la
cabeza fuera del pozo, no importará las paletadas que hayamos recibido sino
nuestra firme decisión de haber seguido adelante y haber conseguido nuestro
objetivo. Para ello tenemos que tener confianza en nosotros mismos y tener
claro adónde queremos llegar.
El día que comprendamos que todo es
cielo porque vivimos inmersos en el Amor, ese día veremos las dificultades de
la vida como insignificancias y resaltaremos únicamente la alegría de vivir.
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