domingo, 5 de mayo de 2013

Motas de plancton


Nos sobran cosas. Conviene que nos desembaracemos de ansiedades molestas, de sentimientos incómodos, de penas antiguas y rencores acumulados. También en lo material tenemos demasiadas cosas, sin duda. Formamos parte de una sociedad de consumo, que nos lleva a estar siempre comprando.

Tenemos muchos lastres, demasiados, que nos impiden saborear lo esencial, que es sentirnos vivos y en plenitud.

Hay momentos que son auténticos tesoros, hay que cuidarlos, potenciarlos. Para unos será estar con la familia, para otros contemplar un paisaje, para otros escuchar música, meditar, leer, escribir.

Pero esos momentos serán esporádicos, no siempre se puede estar disfrutando de un paisaje, o de una lectura, o de una reunión familiar.

Qué pasaría si nos dedicáramos a hacer todos nuestros minutos especiales. Desde que nos levantamos, y a través de toda la jornada. Qué pasaría si tomáramos las riendas de nuestra vida, para valorar lo que es importante y necesario. Aquello que nos hace sentirnos personas únicas y dichosas.

Sería bueno hacer una especie de “auto-terapia” continuada. Ver lo que me perjudica, ponerle un nombre: “esto que me pasa es que me han herido en mi amor propio, es que me han humillado. Qué debo hacer para recuperar mi alegría”. “Esta relación me hace daño, este sentimiento no me conviene, cómo voy a salir de él”.

Los terapeutas dicen que tan solo con mirar el problema de frente, con hacerlo consciente, ya empieza a solucionarse.

Bueno, pues seamos nuestros propios curanderos, porque si no sentimos la alegría y la belleza, algo hay que hacer.

El Océano divino al que pertenecemos nos sostiene en su energía, y nos va poniendo las ayudas a nuestro alcance. “En él vivimos, nos movemos, existimos”. Somos pequeñas motas de plancton dentro de sus aguas.

Se trata de abrir nuestra conciencia a la alegría y al agradecimiento de pertenecer a la Vida, ahora y para siempre.

Los problemas serán mucho más llevaderos si nos sentimos en medio de un universo enamorado. Si focalizamos la atención en todo lo bueno que nos ocurre, si somos optimistas.

Lo que tenemos que proteger es la vida eterna y dichosa de nuestro día a día, eso ya es un motivo para tomárselo bien en serio, para no andar desperdiciando momentos ni ensuciando relaciones.

Importantísima tarea la que tenemos entre manos: cuidarnos a nosotros mismos y sacar a la luz nuestros tesoros interiores.

No hay comentarios:

Persona humana

  Desde cada amanecer y a lo largo del día, solo una faena me espera: ser persona humana agradecida dentro del plan diseñado para mí. Esa es...