Quiero para mí la sabiduría de las almas
grandes, junto a la humildad infinita de saber que todo lo recibo como lluvia.
No me conformo con menos, porque pretendo disfrutar, devolver y presumir.
Disfrutar y sacar el máximo jugo de mis
neuronas, mis conexiones y mis poderes personales. Devolver a través de todos
mis poros hasta la última chispa de la luz recibida. Presumir ante las
galaxias, de mis encantos y de mi gozo eterno.
Y para ello prometo mirar el lado bueno de
la vida en todas las circunstancias, y mantenerme firme en mi esperanza.
No se puede pretender más en menos espacio.
Sería una verdadera lástima desperdiciarme
a mí misma, perderme en la oscuridad de los días grises y no ver las estrellas
íntimas que me guían en mis caminos.
La luz siempre me llega de mi Vida que es
mi Madre universal. Y, como dice Alice Sommer de 108 años, el secreto es el
optimismo, siempre mirar lo positivo.
Nunca juzgar, atacar, criticar.
Siempre acoger, perdonar, amar.
“Vivid
revestidos de verdadera compasión, verdad, humildad, mansedumbre y paciencia
unos con otros. Sobre todo revestíos de amor que es el perfecto lazo de unión.”
(Col. 3).
Es la receta que funciona: compasión,
paciencia, amor. Es la fórmula que no falla, lo que no estropea la creación
sino todo lo contrario. Es lo que une, como un pegamento universal que hace que
todo encaje y se armonice entre sí.
Porque de lo que separa y violenta ya
tenemos bastante ración todos los días, a través de los medios de comunicación
y también de nuestro medio ambiente cercano. Pero es más lo que une, aunque no
sea noticia ni portada en la prensa. Hace unos años leí una noticia que me
impactó, estaba en un recuadro pequeño de un periódico: un niño israelí había
muerto a causa de un ataque palestino. Los padres del niño donaron sus órganos
a condición de que el receptor fuera un niño palestino. ¿Se puede tener gesto
más grande de amor? El amor es la unión, nunca la ruptura.
Quiero que mi existencia sea una gota más
de ese pegamento que todo lo ensambla. Gota entre otras gotas para cumplir mi
destino de amor.
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