lunes, 30 de julio de 2012

Un ejemplo


El otro día fui a comprar unos libros y quedé impresionada por la chica que estaba sentada ante la caja, cobrando.
Atendía a todos con una dulzura, una delicadeza extraordinaria. Para cada uno tenía unas pocas palabras muy agradables y una sonrisa especial. En su espacio de trabajo, un montón de horas sentada cobrando ante una caja, había armonía. Cuando faltaban dos o tres para mi turno, ya me di cuenta de la alegría con que lo atendía, con el de delante pasó lo mismo, y cuando me tocó a mí exactamente igual. Lo mejor es que no era nada artificial, se notaba que le salía del corazón ese modo de estar en su puesto de trabajo.
¡Se puede conseguir! Lo vi con mis propios ojos, se puede conseguir que cualquier trabajo rutinario sea un lugar de encuentro emocionado y un momento para demostrar las razones por las que vale la pena vivir.
Es mejor trabajar relajado, sin tensiones, con la paz reflejándose en el rostro y en el trato.
En muchas ocasiones asistimos al nerviosismo del público, empleados y clientes. Cuánto mejor elegir la opción que ha escogido esta chica. Me quedé unos momentos mirándola, era un precioso ejemplo para mí, para cualquiera.
Ella está puesta ahí para que yo tome nota de que ser amable en el trato y hacer felices a los demás es posible en cualquier circunstancia. Yo elijo ser así. Me gustó su ejemplo, se salía de la norma, no es lo corriente, pero sí que es posible.
Se ha cruzado durante unos momentos en mi vida para enseñarme, para darme una lección de buen hacer. No hay que desperdiciar ninguna enseñanza, todas son muy necesarias y llegan en el momento oportuno.
Desde aquí rindo homenaje a esta persona anónima que ha contribuido a mi formación, y me ha reafirmado en la certeza de que se puede dirigir la vida en la dirección que se desea, solo hay que proponérselo.
Como dice Ken Robinson: “Lo que determina nuestra vida no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa”.
Esta cajera de una librería ha hecho de su lugar de trabajo un espacio único en el que se demuestra que el cielo existe aquí y ahora.



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