¿Por qué no poner ilusión en lo que somos y hacemos? ¿Por qué no arañar ratos de intensidad emocionada de nuestras rutinas y cansancios?
Yo camino sobre mi planeta, doy vueltas sobre una tierra que gira sobre sí misma, y que, a su vez, da vueltas alrededor del sol.
Yo camino. Mi planeta gira. La tierra da vueltas y vueltas buscando siempre el mismo sol. Ni la imaginación más desbordante de ciencia-ficción hubiera podido crear un paisaje tan fascinante.
Yo me muevo en un lugar que se mueve, el movimiento es mi casa. Pero mi ser entero añora lo que no se mueve, ni cambia, ni se deteriora, ni se cansa. Me siento atraída como imán poderoso por la Estabilidad Infinita, por la Eterna Calma, por el No Movimiento.
No sé por qué extrañas razones surge la vida, nacen las estrellas, y hay seres, humanos o no, caminando sobre planetas habitables. No sé por qué estoy aquí. Ni por qué formo parte de una red de relaciones potentes y entrañables, por qué pertenezco a un entramado social-familiar-personal, que aparentemente me tiene sujeta, porque yo pertenezco a una red y no puedo pertenecer a otras: he nacido en una familia, un lugar, una época, una cultura que no he escogido.
Mi caminar puede resultar angustioso si lo vivo como prisión, encasillamiento, alienación.
Pero no hay que olvidar que yo camino de la mano de mi Libertad y con mi Decisión-de-amar. Es un detalle que marca la diferencia.
Lo más grande que me sucede en mi caminar es lo que me trasciende, lo que está fuera de mi campo visual, y no puedo percibirlo, tocarlo; lo que es totalmente incomprensible para mí pero es lo único real. Conocer esa realidad me libera de ataduras y me da otra visión de lo que me sucede. Lo de siempre se ve de otra manera.
Vamos a dejarnos guiar por las señales que bordean nuestros caminos, y sentirnos en terreno seguro, privilegiado. Vamos a poner ilusión hasta en los lugares más áridos de nuestro mundo interno, que es el único que podemos manejar.
Y levantarnos por las mañanas con una oración confiada, en el corazón y en la boca, que puede ser la siguiente:
“Yo camino.Yo camino sobre mi planeta, doy vueltas sobre una tierra que gira sobre sí misma, y que, a su vez, da vueltas alrededor del sol.
Yo camino. Mi planeta gira. La tierra da vueltas y vueltas buscando siempre el mismo sol. Ni la imaginación más desbordante de ciencia-ficción hubiera podido crear un paisaje tan fascinante.
Yo me muevo en un lugar que se mueve, el movimiento es mi casa. Pero mi ser entero añora lo que no se mueve, ni cambia, ni se deteriora, ni se cansa. Me siento atraída como imán poderoso por la Estabilidad Infinita, por la Eterna Calma, por el No Movimiento.
No sé por qué extrañas razones surge la vida, nacen las estrellas, y hay seres, humanos o no, caminando sobre planetas habitables. No sé por qué estoy aquí. Ni por qué formo parte de una red de relaciones potentes y entrañables, por qué pertenezco a un entramado social-familiar-personal, que aparentemente me tiene sujeta, porque yo pertenezco a una red y no puedo pertenecer a otras: he nacido en una familia, un lugar, una época, una cultura que no he escogido.
Mi caminar puede resultar angustioso si lo vivo como prisión, encasillamiento, alienación.
Pero no hay que olvidar que yo camino de la mano de mi Libertad y con mi Decisión-de-amar. Es un detalle que marca la diferencia.
Lo más grande que me sucede en mi caminar es lo que me trasciende, lo que está fuera de mi campo visual, y no puedo percibirlo, tocarlo; lo que es totalmente incomprensible para mí pero es lo único real. Conocer esa realidad me libera de ataduras y me da otra visión de lo que me sucede. Lo de siempre se ve de otra manera.
Vamos a dejarnos guiar por las señales que bordean nuestros caminos, y sentirnos en terreno seguro, privilegiado. Vamos a poner ilusión hasta en los lugares más áridos de nuestro mundo interno, que es el único que podemos manejar.
Y levantarnos por las mañanas con una oración confiada, en el corazón y en la boca, que puede ser la siguiente:
Mi planeta gira.
Mis estrellas interiores me guían.
La Paz me acompaña.
Confío en la Vida.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario