miércoles, 21 de marzo de 2012

Estoy en casa


Si no ponemos barreras, siempre encontraremos a mano lo que necesitamos y la vida nos sorprenderá en cada instante.

Cuando tengamos problemas y no sepamos qué hacer, miremos alrededor y encontraremos respuestas, consejos, salidas. Busquemos en lo que tenemos a mano, la solución está tan cerca que no nos lo podemos ni creer. Todo está para nosotros, a nuestro servicio.

Precisamente esta mañana, tenía yo un problema entre manos, y de repente mis ojos se han ido a la pantalla del ordenador, donde entre otras cosas, estaba la cita de Rumí: “No te preocupes por los accidentes que produce el mundo sin cesar, de todo lo que ocurre, nada es duradero, no te preocupes, considera cada instante como una suerte. No te preocupes por lo que ha ocurrido ni por lo que ocurrirá”.

Esas palabras eran exactamente lo que necesitaba. Y he pensado inmediatamente que Dios me habla a gritos.

Yo lo veo, y hasta me asusto de ver con qué precisión me llegan las ayudas. No falla, yo puedo olvidarme infinidad de veces, él jamás, porque ha puesto en mí su mirada, su aliento de vida para cuidarme y hacerme feliz.

Y cuando hablo en primera persona no quiero decir nunca que es solo a mí a quien le sucede, yo solo soy una partícula más del universo donde habita el amor.

También nos habla en la belleza y en la bondad, en la armonía, en lo más sencillo y tierno, en todas las personas, en la paz del corazón.

Ya es hora de que nos desliguemos de premios y castigos, recompensas e infiernos. En nuestro universo-amor, no tenemos más que abrir los ojos para sentirnos protegidos bajo unas alas amorosas, como la preciosa imagen de la paloma, y para saber que estamos en casa.

Dentro del mismo aire

que yo respiro,

tengo los alimentos

que necesito.

Tras la noche más cerrada

va la mañana,

junto a las tierras secas,

corren las aguas.

Estoy en casa,

con esta fuerza,

con esta calma

y con esta rabia,

porque la vida

es mi única patria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Sigue escribiendo poesía!

Te quiero mamá.

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