domingo, 12 de junio de 2011

Hablemos con él


Imagina que nunca estás solo, que tienes compañía de la buena, de la que no avasalla, de la que respeta, de la que te conoce bien y hace aflorar tus mejores sentimientos.

Piensa que ese compañero/a te quiere, te ha moldeado con sus manos, te ha planeado, eres un proyecto ilusionado de él, eres una chispa de luz dentro de su luz infinita.

Atrévete a sentir que todo lo ha creado para ti, para que lo uses, lo valores, lo agradezcas, lo saborees.

También, atrévete a mirarlo todo con ojos de enamorado, de amante apasionado, de padre y de madre solícitos.

Si logras imaginar y sentir todo eso, sólo te faltará una detalle esencial: hablar, dirigirte a ese compañero. Porque si tenemos a alguien a nuestro lado pero no nos comunicamos con él es como si no existiese.

Por eso, cuéntale tus cosas, mírale a la cara, dale las gracias, o enfádate con él en todas las ocasiones en que sea necesario. Todo, menos ignorarle.

También puedes comunicarte con un lenguaje gestual, sin palabras. Los gestos son importantísimos y muchas veces están por explorar.

Puedes hacerle ver de infinitas maneras que él/ella te importa, y mucho. Que marca tu vida, que es tu fuente y tu raíz, tu esperanza y tu cielo.

También puedes gritarle tu agradecimiento. Sí, gritar. Para que tu voz llegue a todos los planetas, circule entre las estrellas y se asome al espacio sin límites. ¡He leído que hay unos cien mil millones de galaxias! Es todo tan grande y a la vez tan frágil; tan relativo y efímero, y al mismo tiempo tan importante y trascendente.

Pero nuestro amigo se mantiene a nuestro lado, calladamente, humildemente, haciéndose pequeño en los detalles para ponerse a nuestra altura, para no asustarnos. Manifestándose en lo cercano y esperando que nos fijemos en él y que le digamos unas palabras, que conversemos con él, que tengamos una charla de amistad.

Sólo busca que nos despertemos de nuestro letargo y que sepamos que no estamos solos. Que nuestra vida puede ser un diálogo continuado, un encuentro emocionado que nos cambie de arriba abajo.

Por eso, hablemos con él. Nos está aguardando en este momento.

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