domingo, 13 de febrero de 2011

¿Tú cómo me ves?


Tenemos tendencia a aislarnos unos de otros y enseñar sólo nuestra máscara. Vivimos escondidos dentro de nuestro caparazón y mostramos el rostro serio, preocupado, impaciente a veces, en un gesto seco y poco cercano, sobre todo con las personas que acabamos de conocer.

Sin embargo, necesitamos cercanía, estamos sedientos de sonrisas y de caras amigas, nos atraen las personas que nos dan confianza, que nos acogen con amistad.


Mi hija está haciendo las prácticas de su carrera con una profesora de la que me dice es bastante seca, no comunicativa. Ella, mi hija, que es abierta y le gusta ir por lo directo le preguntó: ¿Tú cómo me ves? La profesora le dio una opinión muy favorable de ella, que de no habérselo preguntado no la hubiera escuchado nunca.

Cuando me lo comentó, vi la genialidad de esa pequeña pregunta, que se puede utilizar en cualquier circunstancia. Inmediatamente le pregunté a ella: ¿Tú cómo me ves como madre?

¿Y por qué no hacer la pregunta en una relación de amigos, o de compañeros o incluso de empleado-jefe? Si se pregunta con interés verdadero y se responde con sinceridad absoluta, estamos creando unos lazos de intimidad con los más cercanos, que nos son necesarios para vivir a gusto.

Porque si no, nos pasamos la vida con suspicacias o sospechas: ¿Qué pensará éste o el otro? Parece que le veo mala cara a mi vecino, a mi jefe, a mi padre, parece que le veo siempre muy distante.

Recuerdo que con mi marido el día de nuestro aniversario de boda, salíamos a cenar, y hacíamos lo que yo llamaría en este momento un túcómomeves anual: un balance de todo el año. Siempre era constructivo, positivo y eficaz. Hablándose desde el cariño es una gozada el diálogo.

Aconsejo utilizar esta pregunta con los más cercanos, a lo mejor, ante ese estilo directo, sin rodeos, salen cosas que ni nos imaginamos y que seguro nos van a venir bien para nuestra estabilidad emocional.

Porque es mejor siempre tener los caminos despejados con los que nos rodean y no andar con dobles intenciones, ni con sentimientos que no llegan a expresarse por temor a la reacción del otro.


Y para aclarar las cosas en todos los terrenos, también podemos aislarnos en silencio y en nuestro interior hacer la misma pregunta a nuestro Ser más íntimo:

¿Y tú cómo me ves?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho mucho, hormiguita!
Besitos

Anónimo dijo...

Yo a ti te veo única, grande, magnífica. Tu eres mi madre, mi luz, mi risa, mi todo, mi guía.

Gracias mamá.

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