domingo, 26 de enero de 2025

Ser peregrinos

 


Nuestra riqueza interior nunca la podremos agotar porque es infinita. Estamos hechos de vida auténtica, de tierra y cielo, todo en uno. Las palabras no nos sirven para expresar la dicha interior, o la pena infinita, que hay que valorarla porque también la tristeza y el dolor están ahí para nuestro crecimiento, es decir, tienen su lado bueno.

Algo grande está pasando en cada momento, pero nuestras expectativas no nos dejan ver la belleza que esconde cada instante. Siempre queremos algo más y nos empeñamos en que nos falta algo.

Cada uno está inmerso en su propio proceso espiritual, y la misma vida nos va desvelando poco a poco lo que tenemos que hacer. Así, con el paso del tiempo pasamos de vagabundear sin rumbo a ser peregrinos.

Nos ponemos en marcha cada día como peregrinos en busca de la perla preciosa: la plenitud. También llamada despertar, iluminación, salvación. No sabemos exactamente lo que es o cómo llegar, pero contamos con la ayuda inapreciable y maravillosa de la sed que nos impulsa y nos guía.

Este espacio infinito lo vamos llenando de pisadas inseguras y frágiles, y de mucha emoción en cada paso. Atraídos siempre por esa voz sin palabras, que nos llama a caminar y cuenta con cada uno de nosotros. Con la confianza que nos da la fe en que todo tiene un final feliz.

Es un camino de libertad y de encuentro, donde tender la mano a los demás peregrinos, compartir el pan, junto con el afecto y la vida. “Donde está el Espíritu, allí hay libertad”. (2 Co 3,17)

1 comentario:

Mónica Inés Pretel dijo...

Nos ponemos en marcha cada día como peregrinos
En busca de la perla preciosa, porque
"Dónde está el espíritu, está la libertad"
Gracias Conchi

Ser peregrinos

  Nuestra riqueza interior nunca la podremos agotar porque es infinita. Estamos hechos de vida auténtica, de tierra y cielo, todo en uno. La...