Entremos dentro de las palabras, ellas nos conducirán a su significado y su esencia. No puedo decir que somos familia humana, si no experimento cercanía y ternura por el que camina a mi lado. No puedo creer que hay un Dios que es amor y que se manifiesta en mí y en todo, y al mismo tiempo tener problemas con todo lo que me va viniendo.
Hay palabras tan grandes que no las podemos abarcar y nos quedamos en la superficie de lo que significan. Decimos que todos somos hermanos, y no nos lo creemos, que hay un Ser que es amor, y no nos lo creemos. Porque si realmente lo creyéramos nos cambiaría profundamente la vida, es muy grande lo que encierran esas palabras.
No puedo hablar de generosidad si no se vuelca mi corazón con quien lo necesita. Tampoco hablar de aceptación si no abandono los prejuicios y las quejas y tengo una actitud de entrega y acogida amable con el momento presente.
O vivo de manera auténtica o me quedo en los alrededores de la vida, en la superficie de lo que podría ser. Yo elijo en cada momento.
Elijo abrirme al don de cada día, porque soy aprendiza en la gran escuela de la existencia. Espíritus amigos me indican caminos, me guían. No necesito preocuparme, tan solo ocuparme de dejarme llevar, de fluir, para poder vivir de verdad.
Que pueda librarme de todos los temores que paralizan para disfrutar dialogando de tú a tú con ese ser infinito que tiene todos los nombres, todos los rostros, todos los paisajes, todas las almas. Y pueda entrar en la dicha del amor sin límites y danzar con todo lo creado, escuchando la sinfonía que está en mí y en todo.
1 comentario:
O vivo de la manera auténtica o me quedo en los alrededores de la vida, en la superficie de lo que podría ser.
Tal cual Conchi.
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