Constantemente hacemos planes, montamos estrategias, creamos expectativas, nos programamos metas. Queremos certezas y caminos seguros, que nos lleven a los logros y al éxito en cualquier situación. Siempre queremos alcanzar algo y sobre todo, buscamos seguridad y luz para el camino.
Nuestra existencia en la tierra es nuestra única verdad. Y si nos revestimos de aceptación como de una segunda piel, ya nos situamos en la única meta a nuestro alcance, que es este presente infinito, este aquí y ahora, este instante de luz.
Para ello hemos de tomar como perfecta nuestra misma pequeñez y fragilidad, y pensar que ya tenemos todo lo que tenemos que tener, sin añadir ni quitar nada. Tenemos todo lo que necesitamos. De este modo nos centraremos tan solo en hacer lo que tenemos que hacer con actitud de entrega y servicio, acogiendo tanto lo que nos gusta como lo que no.
Ponernos en marcha cada día con actitud agradecida, para saborear cada momento vivido, con sus luces y sombras, porque todo es regalo. Confiemos en el milagro que nos ha traído hasta aquí y en que todo lo que sucede es para nuestro bien.
No nos dejemos engañar por nuestros pensamientos negativos ni por nuestra visión defectuosa. Nuestro bienestar pasa por la aceptación amable de todo lo que va llegando y la responsabilidad de dar lo mejor de nosotros mismos.
Siempre contamos con las ayudas necesarias para sacar a la luz esos tesoros interiores que todos tenemos, como son la mirada compasiva, el afecto, la generosidad y la gratitud.
2 comentarios:
Tenemos todo lo que necesitamos. De este modo nos centraremos tan solo en hacer lo que tenemos que hacer con actitud de entrega y servicio, acogiendo tanto lo que nos gusta como lo que no.
Tenemos todo lo que necesitamos
Centremosno en la entrega y el servicio
Poniendo cada día en marcha con agradecimiento
Saboreando cada momento
Que la aceptación sea nuestra segunda piel
Confiemos en Él a morir.
Excelente enseñanza Conchi.
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