domingo, 12 de marzo de 2023

Recibir y dar

 


Hay un desborde de dones en todo lo creado, y eso lo podemos sentir en nuestro mismo corazón cuando se llena de paz y de gozo. Esa es la mejor noticia, la que no podemos retener para nosotros, porque cuando esa preciosa energía que somos se estanca, pierde su sentido. Estamos envueltos en un movimiento esencial de recibir y dar, y eso es la vida.

Somos enviados como mensajeros de buenas nuevas, como mediadores y facilitadores. Llevamos un encargo. Lo que hemos recibido es para entregarlo, no tiene otro fin.

Cuando obstaculizamos este movimiento de ida y vuelta,  tapamos la misma luz que nos alumbra y que somos.

Nuestra labor es desprendernos de cualquier obstáculo: exigencias, seguridades, impedimentos que nos hacen difícil el camino, el mayor de ellos es nuestro ego, nuestro afán de reconocimiento, de protagonismo, muchas veces de modo inconsciente.

La vida puede ser muy difícil o muy fácil, en nuestras manos está elegir, nuestra actitud ante la vida, ayudará o perjudicará.

Un jefe indio relataba que en el interior de cada ser humano, se libra una batalla, es una pelea entre dos lobos. Uno representa el miedo, la envidia, la pena, la culpa, el orgullo… El otro representa la alegría, la paz, el amor, el compartir, la serenidad, la generosidad, la amistad, la fe.

A la pregunta de quién ganaría la batalla, el jefe indio contestó: “Ganará el lobo al que tú decidas alimentar”. 

Los rasgos que necesitamos, los del lobo bueno, que son nuestra sabiduría básica, están en todos nosotros, pero hay que cuidarlos y alimentarlos debidamente para que brillen con todo su esplendor. 

Nuestro caminar, el objetivo de estar aquí, es esta tarea interior. De esta manera hacemos fecunda nuestra vida.


2 comentarios:

Mónica Inés Pretel dijo...

Hay un desborde de dones, en cada persona, en toda la creación y no estamos aquí solo para disfrutarlos, estamos aquí para difundirlos, para compartirlos y de ese modo disfrutarlos más aún,llenandonos de alegría y paz. Alimentemos el amor y la humildad, por encima del egocentrismo. Gracias Conchi, preciosa lección de vida.

JMS dijo...

Adorar a Dios en Espíritu y verdad.
Beber de fuentes de agua que lleven a la vida eterna.

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