Camino por la sed que guía mis pasos, solo por la sed. Es la que me hace levantarme al amanecer, para entrar en mí misma y escuchar la voz que me llama por mi nombre y me da el alimento que necesito. Me hace ser consciente de la bendición que supone estar aquí, en este hogar infinito, casa hecha de ternura.
Cuanto más confío, más bendiciones me doy cuenta que recibo y atraigo más luz. Una luz que me lleva a sentir que todo está bien, que ya he llegado a mi meta, ya puedo disfrutar, porque mi existencia está llena de sentido.
Soy creadora de mi espacio, constructora de mi mundo, yo elijo mi actitud ante la vida. A veces esa creación se reduce a decir, sencillamente: aquí estoy, acepto. Es el amén incondicional y agradecido al proyecto que se va desarrollando en mí.
En este día eterno recibo la sed que me impulsa en la búsqueda. La necesito para esta aventura humana que me lleva continuamente a unirme o religarme con algo innombrable, más hondo y más grande. Ese es el sentido de la religión y de mi vida, y es lo que vivo en primera persona cada día.
Alguien nos empuja a experimentar, a conocer. nos llama desde el interior una y otra vez para encaminarnos en su búsqueda.
Esa realidad divina siempre presente es la que busca incansablemente. Por eso se deben invertir los términos, no: yo busco sino yo soy buscado. No: yo camino, sino que la vida misma me camina y hace su danza particular conmigo, cada jornada de mi existencia.
No: yo creo, sino que Dios cree en mí, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Siempre me guía por el sendero correcto.
En él confío.
2 comentarios:
Mientras más confio, más bendiciones recibo, más luz irradio, mas sed de Dios me invade y me sostiene en los momentos mas duros de mi vida. Gracias Conchi, precioso
¡Qué bién que el Señor nos conduzca, que no pare de buscarnos, que sólo tengamos que dejarnos querer, abrazar, perdonar y sentirnos inmensamente agradecidos, asombrados, bendecidos!
Gracias Conchi por expresarlo tan bellamente.
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