El momento correcto

 

Me gustan los lenguajes rompedores, los que nos abren los ojos y el corazón con palabras y gestos nuevos. Los que nos levantan de la rutina y nos hacen vivir de otra manera.

No importan nuestras diferencias, ideas, acciones… Todos componemos un cuadro único y necesario. Por eso no hay que desechar ni descartar, sí asumir y aceptar. Sí amar, porque es lo que nos ensancha el corazón y nos transforma.

En este infinito que habitamos, necesitamos poner consciencia en nuestro caminar, ofrecer nuestra paz, compartir vida y risas, practicar unión. Dicho de otra manera, no poner impedimentos a la armonía universal que actúa a través de nosotros sin descanso. 

También es necesario un punto de locura para bendecir nuestros pasos, saludar el día que comienza, acariciar el paisaje con nuestra mirada, levantar las manos para dar gracias y dejarnos la piel en cada abrazo. En definitiva, para no tomar tan en serio nuestros grandes planes y nuestras inútiles preocupaciones, y usar esa maravillosa energía, que está a nuestro servicio y es nuestro mayor encanto. Tenemos sin estrenar unos “poderes” especiales, como los superhéroes de la ficción. Es hora de utilizarlos.

Reforcemos cada día nuestra aceptación y confianza. Si no la complicamos nosotros mismos, la vida es sencilla y hasta fácil. Siempre estamos en el momento correcto, en la experiencia que necesitamos, no hay errores.

“Cuando me amé de verdad

comprendí que en cualquier circunstancia,

yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta,

y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.

(Charles Chaplin)