“Les enviaré lluvias de bendición en el tiempo oportuno”(Ez 34)
Lluvias de bendición caen sobre nosotros, para alimentar nuestra tierra siempre sedienta, pero nos cuesta verlas cuando vivimos con los ojos cerrados.
Nos llegan los testimonios que necesitamos y los mensajeros nos traen sus mensajes de amor y de bienvenida, porque estamos plantados en medio de un gran río de vida, que nos nutre con aquello que nos hace falta. Y cuando es necesario se mete por nuestras grietas: enfermedades, crisis, conflictos, para llegar a nuestro interior y darnos la luz necesaria para ver que todo es regalo, y ahí se nos abren los ojos. Crecemos cuando agradecemos.
Abrir los ojos consiste en hacernos conscientes y estar atentos. Lo que nos lleva a la apertura y la confianza. Todo está en nuestra mirada, por eso es tan importante entrenarla.
Cuando vamos a ciegas somos golpeados y agobiados por los acontecimientos. Cuando abrimos los ojos, valoramos y agradecemos tanto las ayudas como los pequeños detalles que nos rodean, hasta los más insignificantes, y recogemos oleadas de calma y alegría que nos estaban esperando.
Cuando abrimos los ojos nos damos cuenta de que en nuestro centro ya lo somos todo, y eso nos lleva a un cambio de actitud porque nos sentimos en el mundo de otra manera. Ya no hacemos responsables a los demás de lo que nos pasa, ni nos enfrentamos a la vida y el camino se nos hace fácil.
Con esa nueva mirada dejamos de buscar fuera lo que siempre ha estado dentro de nosotros. Y asistimos a una revolución personal que afecta a toda nuestra vida.
4 comentarios:
Con esa nueva mirada dejamos de buscar fuera lo que siempre ha estado dentro de nosotros. Y asistimos a una revolución personal que afecta a toda nuestra vida.
Dimensión interior de vida profunda. Porque no es oro todo lo que reluce
Cuando abrimos los ojos vemos que en el interior ya lo somos todo, dejamos de buscar afuera lo que ya llevamos dentro y miramos al mundo de otro modo y estamos en el mundo de otro modo. Que precioso y profundo Conchi. Me encantó
Dios ha puesto lo esencial en nuestras almas.
Abrir los ojos consiste en hacernos conscientes y estar atentos. Lo que nos lleva a la apertura y la confianza. Todo está en nuestra mirada, por eso es tan importante entrenarla.
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