Me gustan
las cosas que me rompen los esquemas y me dejan los ojos asombrados de tanta
belleza, porque son las que me sacan de mi adormecimiento habitual y me hacen
sentir la vida. Son las que me amplían la mirada a una realidad que siempre
está ahí pero no suelo verla.
Sobre
todo, tengo que decir que a mí me conquistan las palabras, me producen un
pellizco placentero en el corazón. Son como llaves que me abren porciones de mí
misma, que yo ignoraba que existían en mí.
“Algunas frases me golpean y me abren mundos,/ me
dejan los ojos asombrados,/ se endulza el aire que respiro,/ mi pesado corazón
se mueve de su sitio.”
Por eso,
disfruto tanto con la buena lectura. Gran placer. Regalo que ayuda a bien vivir,
además de provocar ataques de felicidad.
La
lectura es en solitario, lo mismo que la degustación de cada palabra. Puedo
decir que estando a solas conmigo misma, la vida me habla, me da sabias
indicaciones.
Con ese
asombro en la mirada, estoy preparada para apreciar los pequeños detalles, los
más insignificantes: como ese pajarillo que canta en la distancia, esa inseparable
gratitud amiga o ese no sé qué dichoso que me acompaña a todas partes.
Allá
donde voy llevo mis buenos deseos, que junto a una actitud limpia constituyen
mis maletas de paz, imprescindibles para no perderme la grandeza de todo lo que
existe, que me aguarda en cada esquina, en cada emoción, en cada encuentro.
2 comentarios:
Precioso, poético, sabireas ka vids, Cinchi
Pasamos por la vida sin detenernos a agradecer, a degustar a disfrutar de cada momento, de cada acontecimiento. Sólo el juzgar y a veces el criticar son las herramientas q más butilizamos.Qué pena. Tendríamo q cambiarnos las gafas con las q andamos por la vida. Desde hoy me propongo cambiar los cristales. Gracias
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