David Steindl-Rast: “Lo que constituye verdaderamente nuestro camino
espiritual es aquello que nos hace estar vivos. La jardinería, el deporte, la
música, los trabajos manuales, las lecturas, la conversación… debemos seguir
eso que nos hace estar vivos”.
Ahí donde nos nace la vida, surge de modo natural la belleza y la alegría.
Ese impulso natural de cada uno a buscar lo que más le gusta, eso en lo que
más disfrutamos, ese es nuestro elemento como dice Ken Robinson,
aquello para lo que tenemos un don especial o una habilidad natural.
Para que crezcan las semillas depositadas en nosotros el primer paso es darnos
cuenta del don recibido, del privilegio, del regalo.
Dar gracias por esos dones recibidos es lo más original que podemos hacer
en nuestra vida, porque es nuestra participación activa y consciente en el
desarrollo de nuestra historia personal, momento a momento.
La verdadera riqueza de la vida es que siempre tenemos una nueva
oportunidad para admirar y agradecer la belleza del instante presente. Estando
en el entierro de un ser querido, alguien me comentó el otro día: “Es triste
pero hay belleza”. Yo le dije: “Hay belleza porque hay amor”. Belleza en
sánscrito es “el lugar donde Dios brilla.”
Esa entrega amorosa que nos es dado hacer a Aquel que nos ama es la esencia
de la espiritualidad y es lo que nos hace sentirnos vivos.
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