Es importante que nosotros mismos, con
nuestra actitud, impulso y convicción, vayamos abriendo caminos: a la amistad,
al encuentro, a compartir emociones y esperanza.
Que estemos atentos también a la
naturaleza que nos acompaña: ese sol, esa lluvia, ese viento, que están aquí
para nosotros, y nos regalan sus dones, cálidamente, generosamente.
Llevar el recuento siempre de las cosas
buenas que nos pasan, y ser agradecidos por ellas. Y olvidarnos de rencores, y
amarguras que nos encierran en agujeros sin luz, y sin sentido.
Preparar nuestro corazón para los dones
divinos que crecen en nosotros, estar atentos a esa siembra maravillosa y que
sepamos ver la mano del sembrador.
Los mensajes, pasan de mano en mano, nos pasamos el testigo de la bondad, de la
esperanza, del anhelo, porque no se puede tapar la luz, ni callar la belleza,
ni poner barrotes al aire, ni puertas al océano de la sabiduría.
Nos llegan bendiciones preciosas, que
ponen de nuevo en funcionamiento nuestra dicha, y hacen que nos sintamos
hombres y mujeres agradecidos y asombrados. Con eso, ya podemos seguir
caminando. Son faros puestos en nuestro camino con el objeto de orientarnos.
Dan sabor y sentido a todo cuanto somos y hacemos.
Porque nuestra privilegiada materia, nuestro
cuerpo, necesita beber de esas bendiciones, de modo más o menos consciente. Esa
fuerza que se nos transmite aun cuando estemos dormidos, o despistados. Porque
la Vida trabaja sin descanso a nuestro favor, no depende de nuestros altibajos,
afortunadamente.
Nosotros no podemos estropear nada, el
amor infinito nos busca, y nos lleva en la palma de la mano, solo nos falta ser
conscientes de ello, saborearlo, proclamarlo, agradecerlo.
La gente suele decir que es muy difícil
ver las cosas así, que la teoría está bien pero la práctica es otra cosa. Hay
que empezar por cambiar el chip, y no verse continuamente como víctima que
recibe ofensas y humillaciones sino como ilusionado protagonista de una
historia sagrada universal.
Una frase que se suele escuchar es: “todos
van contra mí, es que “me pegan muchos palos”. Nadie va contra ti. A mí me
gusta pensar que el camino comienza a hacerse fácil cuando nos hemos
desprendido de egoismos y tensiones innecesarias.
Empieza por creer en ti, por creer en la
vida. Crea cauces sanos de comunicación. Da un voto de confianza a lo que va
llegando y pon alegría a tu alrededor.
1 comentario:
Thank you,
Big hug
Publicar un comentario