Los enamorados de la Vida den un paso al
frente, salgan de sus escondites, declárenlo públicamente. Hagan fiesta.
Es una gran suerte estar enamorados, nos
llena la vida, nos hace ilusionarnos, ser creativos, le da un sabor especial a
todo cuanto hacemos.
Enamorarse de un objeto, de una persona,
de un proyecto, de una situación, es fundamental para estar a tope en lo que
hacemos, para decir adiós a la indiferencia y la apatía.
Si el objeto de nuestro arrobamiento es
la misma Vida, entonces estamos bajo el influjo de un hechizo divino.
Alguien/Algo quiere que participemos de la armonía universal, y del amor único,
y nos hace llegar su encantamiento para que despertemos de nuestro letargo.
Los enamorados de la Vida tenemos faena
porque tenemos que contagiar nuestra alegría y confianza a los que están
decepcionados, desencantados, muertos.
Por eso, unamos nuestras manos y
corazones, juntos tenemos muchísimo poder, y tenemos que devolver al mundo la
ilusión y la fe. Ya sé que no podemos llegar a toda la tierra, que nuestro
radio de acción es muy limitado, pero lo que hacemos en nuestro pequeño
espacio, eso ya transforma el mundo.
Repartamos buenas dosis de ternura. Siempre.
A todos. En cualquier lugar y circunstancia.
A los enamorados de la Vida se nos dan
poderes especiales para ver la bondad que nos envuelve, para entonar melodías
íntimas y transformadoras, y caminar de la mano de nuestra libertad, que a su
vez, sigue la estela de la Sabiduría universal.
Estar enamorado de la Vida es lo más
importante que nos puede suceder y nos lleva a saborear cada instante, cada
acontecimiento como un regalo.
El otro día decía un conferenciante que
los dones recibidos son regalos para regalar. Lo que se nos ha concedido no es
de nuestra propiedad sino que es para compartirlo, adquiere su sentido cuando
circula y no se estanca.
La vida es continuo cambio, continuo
fluir. Pongámonos a observar nuestros asuntos, todo lo que hacemos está
protegido, alentado e impulsado.
Con el mismo Amor que nos ama, amamos
nosotros. Con la misma Vida que nos mueve, intercambiamos nuestros dones. Estamos
dentro del mismo latido, por eso, estar enamorados es ser conscientes del
movimiento único que nos envuelve.
Repito: Juntemos nuestras manos y
nuestros corazones en un gesto de alabanza y unión. Que seamos una expresión de
agradecimiento.
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